“Acuerdo pionero”. “Pacto con altura de miras”. “Primera iniciativa de estas características que se suscribe en España”. Estas fueron algunas de las frases que se pronunciaron después de que el pasado 4 de marzo la Consejería de Sanidad y el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid suscribiesen un convenio de colaboración que, con una duración de dos años renovables, impulsa la participación de las oficinas de farmacia en las actividades desarrolladas por la consejería en materia de promoción y protección de la salud.
Ahora, este convenio, que en base a tres máximas (información, promoción y protección) mejorará la calidad y las expectativas de vida de los madrileños mediante la integración de los farmacéuticos como un activo más del sistema sanitario regional, da sus primeros pasos. Y lo hará el 3 de mayo, con la reunión de constitución de la Comisión Mixta de Seguimiento (formada por tres representantes de cada institución), que fijará las líneas de actuación para definir las campañas de información sanitaria a difundir entre la población, al tiempo que determinará la puesta en marcha del primer pilotaje de un servicio de prevención.
El convenio, basado en el concierto que fija el marco de relaciones entre las oficinas de farmacia y la Consejería de Sanidad madrileña, supone un gran paso para los farmacéuticos, ya que, tal y como remarcan los firmantes del mismo, “permite avanzar su relación con el resto de profesionales que conforman el sistema de Salud regional”, además de abrir un campo importante al desarrollo profesional y al crecimiento asistencial de la farmacia. Y así lo reconoce el propio consejero de Sanidad madrileño, Jesús Sánchez Martos, que destaca la importancia del farmacéutico como agente de educación para la salud, integrado en un modelo junto al resto de profesionales de la salud “en el que son un pilar fundamental, imprescindible y necesario”.
Tres pilares
¿Cuáles son las líneas básicas de actuación sobre las que se sustenta el convenio? Información, prevención y seguimiento. Así, dentro de los servicios de información a desarrollar se incluirán campañas y programas que pondrán a disposición de los ciudadanos madrileños consejos en áreas relacionadas con la salud ambiental; la seguridad alimentaria; campañas de vacunación; campañas estacionales (gripe, fotoprotección, olas de calor, uso de repelentes…); uso racional de medicamentos; consejos de autocuidado y automedicación; elaboración de programas y guías sobre patologías relevantes; acciones dirigidas a asociaciones de pacientes, como pueden ser los talleres de educación para la salud…
Asimismo, recoge la posibilidad de prestar una serie de servicios protocolarizados de apoyo al sistema, junto al resto de profesionales de la salud, orientados al ciudadano. Servicios que caminan por la línea de la prevención, que se traducirán, por ejemplo, en el desarrollo de campañas de detección precoz de patologías crónicas; programas de patologías prevalentes; o asistencia a pacientes polimedicados dependientes domiciliarios. “Se trata de definir una población diana para el objeto del programa y protocolizar la intervención de los profesionales sanitarios, entre los que, naturalmente, se encuentran los farmacéuticos”, afirman desde el colegio madrileño.
El tercer pilar sobre el que se sustenta este convenio es el seguimiento que, por ejemplo, aglutina acciones como las orientadas a la información y manejo de inhaladores en pacientes con patología respiratoria; seguimiento del diabético; del paciente hipertenso; programas de adherencia al tratamiento, con especial incidencia en pacientes crónicos… “La Comisión Mixta de Seguimiento se encargará de determinar el segmento de población sobre la que se formalizará cada uno de los seguimientos protocolarizados de las actuaciones que se lleven a cabo”, precisan los responsables de la institución colegial.
El compromiso de las 2.832 farmacias madrileñas para mejorar la calidad y expectativas de vida de los pacientes ha sido, es y será un objetivo prioritario. A raíz de la firma de este convenio se oficializa la integración del farmacéutico dentro de la estructura asistencial del servicio de salud para que, junto al resto de profesionales sanitarios, alcancen ese objetivo. Y es que, la oficina de farmacia, por su accesibilidad al ciudadano, se convierte en un importante activo de cara a la información, prevención y seguimiento, algo que no debe ser desaprovechado y para lo que, como subrayan desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, “los farmacéuticos están capacitados”.
Cabe destacar que este convenio supone el embrión para, en un futuro, permitir la posibilidad de establecer servicios en las farmacias abiertos a ser remunerados, especialmente aquellos relacionados con la prevención y el seguimiento. Así, y después de que la Comisión Mixta de Seguimiento defina el pilotaje de un servicio, se estudiarán los resultados para determinar si se pone en marcha, el nivel de ahorro que proporciona al sistema y la posibilidad de ver si se puede detraer el mismo para las farmacias. Sobre este particular, se debe subrayar que la participación es voluntaria, y las farmacias que así lo deseen serán identificables por los distintivos concedidos por la Consejería de Sanidad de ‘Establecimiento sanitario colaborador’ (los ciudadanos podrán visualizar el tipo de servicio disponible y el periodo habilitado para su prestación efectiva).