Considera que el voto ponderado es el que ofrece un mayor “equilibrio solidario” dentro de la institución

La Asamblea general deberá dar su visto bueno a los estatutos en su próxima convocatoria: 28 y 29 de enero

| 2010-01-15T16:23:00+01:00 h |

J. n.

Madrid

La renovación de los estatutos del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, que se ha aceleró tras la transposición de la directiva de Mercado Interior conocida como Ley Ómnibus, ha entrado en su recta final. Así, tras haberse recibido e incorporado al borrador las alegaciones presentadas por los distintos colegios provinciales y consejos autonómicos de farmacéuticos, será la Asamblea general de la máxima institución farmacéutica de nuestro país la que se pronuncie sobre los mismos los próximos 28 y 29 de enero. Y sobre la mesa se pondrá un asunto: la representatividad que tendrá cada colegio en esta Asamblea general.

Dos han sido los colegios farmacéuticos, Madrid y Valencia, que han abierto un debate acerca de este tema, al reclamar que se reconozca de una manera más objetiva el número de colegiados que tienen, mediante la obtención de más votos en este órgano interno. Una reclamación que podría romper el principio de “equilibrio y solidaridad” que otorgaría la aplicación de un voto ponderado.

A este respecto, el Consejo General insiste en que es necesario para el correcto funcionamiento de esta institución recoger todas las sensibilidades. Es decir, que tanto los colegios con mayor número de colegiados como aquellos que tienen un menor número de ellos se sientan representados dentro de la institución. “Todas las voces tienen que ser escuchadas en el Consejo General y no sólo la de los grandes colegios”, dicen.

Por este motivo, en el Consejo General consideran que el establecimiento de un voto ponderado es la mejor opción para que todas las sensibilidades colegiadas estén presentes en su seno. Se trata del denominado ‘sistema Penrose’, donde la representación se aplica a través de una fórmula de cálculo ponderado con el porcentaje de la raíz cuadrada del número de colegiados dividido entre diez.

Este sistema provoca que las decisiones que adopte el Consejo General no puedan ser controladas por tres o cuatro colegios grandes sino que se necesite una amplia representación de colegios para obtener una mayoría. “Es un modelo solidario, porque no se saca a los colegios más pequeños de la foto”, precisan desde el Consejo General. Eso sí, también insisten en que, finalmente, el sistema de votación “será el que quiera la mayoría de la Asamblea”.

Por otro lado, desde el Consejo General se insiste en que, por ejemplo, se establecerá este voto ponderado, en vez del actual voto simple (un colegio un voto), para elegir el comité directivo de la institución y a su presidente. O que el comité directivo sólo tendrá el voto de calidad de su presidente en la Asamblea general.

No sólo se trata de votos

Pese a que el tema acerca del número de votos que debe tener cada uno de los colegios en la Asamblea general de esta institución es el que mayor debate despierta, los estatutos que deberá aprobar el Consejo General no se circunscriben únicamente a ese capítulo. “Se trata de unos estatutos novedosos, que cogieron el primero de los dos puntos que tenía el borrador de 2005: el referido al funcionamiento del Consejo, que es el que debemos adaptar”, indican. Y entre las adaptaciones se encuentra la limitación de mandatos del presidente: dos legislaturas.