Marina Geli traslada a los consejeros y al ministerio una copia del segundo ‘Informe Vilardell’, que vuelve a insistir en el tema del copago
El Congreso insta al Gobierno, en una de las resoluciones posteriores al debate del estado de la nación, a no introducir fórmulas de copago
Historia clínica al cien por cien en 2012
La interoperabilidad de la historia clínica digital es posible. Ésta es la principal conclusión del informe de resultados del proyecto piloto desarrollado con la participación de las comunidades autónomas y que el Ministerio de Sanidad y Política Social presentó la semana pasada al Pleno del Consejo Interterritorial.
Fue el 10 de octubre de 2007 cuando el CISNS aprobó de forma unánime iniciar los trabajos para desarrollar un proyecto piloto de historia clínica digital. En febrero de 2008 se constituyó un grupo de trabajo integrado por diez comunidades. El pilotaje de intercambio de información comenzó en marzo de 2009 entre las comunidades valenciana y balear. Desde entonces se han hecho un total de 2.248.539 referencias clínicas de ciudadanos, con una cobertura de hasta el 98 por ciento. Otras comunidades, como La Rioja, han trabajado en otras funcionalidades del proyecto. Tras la revisión del pilotaje, la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, ha marcado como objetivo la consecución del proyecto de historia clínica digital “al cien por cien” para 2012.
carlos b. rodríguez
Madrid
Desde que la ministra de Economía, Elena Salgado, confirmó que el copago sanitario era una de las propuestas que manejaba el grupo de trabajo creado en el Consejo de Política Fiscal y Financiera para contener el gasto público, los movimientos para blindar este debate se han sucedido como en un tablero de ajedrez. Tras el discurso del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en el Debate sobre el Estado de la Nación, la unión de fuerzas de la mayoría del Congreso y el Consejo Interterritorial ha mermado las posibilidades de que en la próxima cita de los consejeros y la ministra de Economía (aún sin fecha), se aborde el copago sanitario desde una perspectiva constructiva.
Ésa es la filosofía del segundo ‘Informe Vilardell’. Lo hizo público la semana pasada la Consejería de Salud de Cataluña, un día antes de llevarlo al Interterritorial. Pero se equivoca quien piense que, tras el paso dado por Marina Geli, ya nadie puede decir que el copago no está sobre la mesa del pleno. “Es un debate que ni siquiera se ha tratado en el seno del Consejo. Nadie ha mencionado la palabra copago”, subrayó Trinidad Jiménez al término de un Interterritorial centrado en el aborto y la alimentación saludable.
Más allá de los aspectos puramente informativos de la Orden Ministerial de Precios de Referencia, la financiación del sistema se volvió a quedar en un segundo plano: Canarias, con la reclamación de su déficit; el debate del ‘Informe Vilardell’, postergado hasta el otoño. Los consejeros se han comprometido a estudiarlo durante el verano, y visto el revuelo Sanidad ha procurado quitarle hierro. “Se apunta como otro informe dentro de los debates y las reflexiones que se vienen haciendo y nada más. Es un informe de un grupo de expertos”, manifestó Jiménez.
Al retraso del debate en Sanidad hasta después de verano se ha sumado la decisión de la mayoría del Congreso de los Diputados de aprobar una resolución en torno al copago. Fue una propuesta de BNG con la que el portavoz de IU en el Congreso, Gaspar Llamazares, intentó renovar el acuerdo alcanzado hace meses en la Comisión de Sanidad. Y lo consiguió.
Entre las 43 propuestas de resolución posteriores al debate sobre el estado de la nación, la mayoría de la Cámara Baja acordó una que instaba al Gobierno a apostar por una salida social a la crisis, a través de una estrategia que debe incluir una reforma fiscal, y pedía asegurar las actuales prestaciones de los servicios públicos, sin introducir fórmulas adicionales de copago, como se ha sugerido para el caso de la sanidad.
Más recursos
La postura de Sanidad, “y del Gobierno”, según la ministra, es todavía la de “no abordar el tema del copago”, porque no contribuye a la sostenibilidad del sistema ni es una medida justa para personas que puedan encontrarse con una situación de mayor vulnerabilidad.
Usuarios, pacientes y sindicatos se han apresurado a salir a la palestra tras la decisión de Geli de llevar el ‘Informe Vilardell’ al Interterritorial. A nivel sindical. CC.OO. señaló que el copago sanitario crea desigualdades, es ineficaz para racionalizar el gasto y atenta contra la equidad y la accesibilidad. Por su parte, el Sindicato de Médicos de Cataluña reclamó al Ejecutivo catalán que no utilice el documento y la situación de crisis para aplicar “sólo aquellas medidas que impliquen un recorte de presupuestos, plantillas, cartera de servicios o aumento de las tasas y el copago por uso de servicios”.
Sin embargo, no es ese el espíritu que se desprende de las medidas enumeradas en el segundo ‘Informe Vilardell’, que para empezar, y a diferencia del primer informe de 2005, ni siquiera son consensuadas. El documento orbita en torno a la máxima de que el sistema sanitario catalán “necesita más ingresos”. El gasto en salud debería crecer entre un 7 y un 8 por ciento durante diez años para que Cataluña se equiparara al nivel de prestaciones que han alcanzado otros países con renta similar per cápita a la catalana.
Las propuestas de sostenibilidad y gestión incluidas por los expertos comparten en general y de forma esquemática la idea de comprar sólo lo eficaz; premiar a los mejores y ajustar a la renta. Geli espera llegar a un acuerdo “cuanto antes” y más en un momento de crisis económica y con menos ingresos. Por ello, confía en que la Comisión Delegada analice el documento y tome una decisión antes de final de año.
Pero son todavía muchos los consejeros que se niegan en rotundo al copago. A 31 de mayo, la Comunidad Valenciana había consumido ya el 73 por ciento de los 1.160 millones presupuestados para este año en farmacia. Se mire como se mire, el ‘Informe Vilardell’ es una respuesta a la pregunta que comunidades como la valenciana deberán hacerse después del verano: con unos presupuestos cada vez más desequilibrados, ¿cómo se van a pagar las recetas?