El pilotaje incluirá la revisión de botiquines caseros, detección de errores y seguimiento farmacoterapéutico

Los COF creen que la Ley de Dependencia abre posibilidades para aumentar la contribución del farmacéutico

| 2008-12-14T18:28:00+01:00 h |

LUCÍA GALLARDO

Barcelona

El Consejo General de Colegios de Farmacéuticos (CGCOF), junto con diversos colegios de farmacéuticos, ha diseñado un protocolo de Atención Farmacéutica (AF) a personas dependientes, que será ensayado a través de una prueba piloto. Ésta será desarrollada en una localidad aún por determinar y, en función de sus resultados, será extendida a otros territorios.

El proyecto, que se hará público próximamente, ha sido elaborado a partir del documento marco de AF Domiciliaria presentado por el Consejo en octubre de 2006, que planteaba líneas básicas de actuación para prestar servicios a pacientes con medicación compleja y dificultades para acceder a la oficina de farmacia, tratándose de un servicio ajeno a la dispensación. Sin embargo, mientras este documento planteaba la prestación de la atención en la propia casa del paciente, “el protocolo sobre personas dependientes no se centra tanto en el lugar donde se presta el servicio”, precisa Luis Amaro, contador del Consejo.

Las actividades a realizar pasan por la revisión de los botiquines, la detección de problemas relacionados con los medicamentos, el seguimiento farmacoterapéutico o los sistemas de dosis personalizadas. En este sentido, Amaro destacó que se llevará a cabo en colaboración con los médicos. Y es que, tal y como quedaba definido en el documento marco de AF Domiciliaria, las relaciones del profesional farmacéutico con el resto del equipo multidisciplinar de salud tienen un papel destacado, por lo que preveía una hoja de interconsulta para establecer un circuito de comunicación entre el farmacéutico y el resto del equipo asistencial.

El piloto responde a las necesidades sociales derivadas del aumento de la esperanza de vida y el incremento de las enfermedades crónicas que motivaron la elaboración de la Ley de Dependencia, que abre numerosas posibilidades a la profesión farmacéutica en cuanto a su contribución a la mejora de la salud de estas personas, según afirman los representantes de este colectivo.

Posibilidades en la ley

Sobre este aspecto, Rosa Lendoiro, presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de La Coruña, considera que la Ley de Dependencia supone un reto para estos profesionales, sobre todo porque potencia la asistencia médica a domicilio, por lo que se trata de un asunto que hay que abordar.

Quien también ve mucho campo por explorar en la Ley de Dependencia es Jesús Aguilar, presidente del Consejo de Farmacéuticos de Castilla y León (Concyl), que considera que un adecuado sistema de AF a estos pacientes conllevaría un ahorro para las arcas públicas. “El Estado no dispone de recursos para abordar el tema de la dependencia, por lo que le saldría muy rentable contar con la atención que puede darse desde las oficinas de farmacias”, señala. No obstante, dado que habrá que invertir recursos para desarrollar esta actividad, Aguilar opina que habría que estudiar la manera de remunerar estos servicios.

Desde otros colegios profesionales, como el de Murcia, también se manifiesta interés por que estos profesionales puedan contribuir a la mejora del uso del medicamento a través del desarrollo de la Ley de Dependencia. Su secretario, José Carlos Moreno, opina que “el farmacéutico debe estar en primera línea en la atención a los pacientes dependientes”.

Hasta ahora, esta tarea en las oficinas de farmacia se viene realizando casi en exclusiva desde el propio establecimiento, pero Moreno considera que habría que potenciar una atención en el domicilio del paciente, “siempre y cuando quede bien resuelto el tema de la dispensación”.

Por su parte, Amaro considera que el farmacéutico está preparado para afrontar este tipo de necesidades sociales a través del fortalecimiento de la AF, y más aún con la receta electrónica, que va a dar mayor capacidad a estos profesionales en la mejora de la salud de los pacientes dependientes, puesto que el nuevo sistema evitará visitas al médico, al que muchas personas no tendrán que acudir durante seis meses e incluso un año, por lo que el papel del farmacéutico cobrará protagonismo.

En cuanto a la Ley de Dependencia, Amaro expresó su malestar por el hecho de que algunas compañías que ofrecen servicios conjuntos a las personas dependientes, que pueden incluir el de higiene o alimentación, desarrollen también una actividad relacionada con la AF. “Esta labor debe ser canalizada a través de las oficinas de farmacia”, señala.

Una de las experiencias en España que demuestran los beneficios de una atención a dependientes, en este caso, a personas en ayuda domiciliaria, es el que ha acabado con la firma del acuerdo firmado entre el Consejo de Farmacéuticos y el Departamento de Sanidad vascos para la realización del seguimiento a estos pacientes.

La iniciativa partió de una prueba piloto llevada a cabo por el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Guipúzcoa, en la que participaron 13 farmacias y 24 pacientes de San Sebastián y Legazpi. Los resultados de este estudio pusieron de manifiesto una mejora en el uso de los medicamentos y en la adherencia al tratamiento.