Consideran “más factible” aumentar su protagonismo a través de este departamento frente a la opción de que se cree una vocalía propia

El colectivo rural acusa al Consejo General de “falta de valentía” al no abordar en profundidad este debate durante su última Asamblea

| 2010-02-12T15:41:00+01:00 h |

alberto cornejo

Madrid

El Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF) trabaja para “intentar crear nuevos entornos de participación de las voces emergentes”, como puede ser el colectivo rural, dentro de la ya existente Vocalía Nacional de Oficina de Farmacia, tal y como indicó su vocal, Teodomiro Hidalgo. Unas intenciones que, si bien ya habían sido valoradas con anterioridad, han cobrado más fuerza tras la petición efectuada por varios presidentes provinciales en la Asamblea general que esta institución celebró el pasado 29 de enero, donde se solicitó “un mayor protagonismo” de diversos colectivos profesionales —adjuntos y rurales— en la estructura del Consejo General.

El colectivo de farmacéuticos rurales reclama con insistencia una mayor representación en el Consejo General, pero siempre que la misma esté “desligada” de la Vocalía de Oficina de Farmacia, en la cual se integran a día de hoy a pesar de “no sentirse” partícipes de ella, como así lo han manifestado en reiteradas ocasiones. Incluso, han llegado a plantear que no aceptarían otra solución que no fuese la creación de una vocalía nacional propia, y consideran cualquier otra solución, como podría ser la constitución de una subvocalía dependiente de dicho departamento, como “un parche”.

Sin embargo, en esa búsqueda de “nuevos espacios de participación” Hidalgo adelanta que se sopesan dos posibles vías: a través de la fundación de una vocalía nacional propia o bien con la creación de un espacio de participación dentro de la que él dirige. Para este vocal, la segunda opción es la más probable, ya que estima “no muy factible” que pueda constituirse una vocalía nacional de rurales, que podría tener el riesgo de no dar respuesta a todo el colectivo. “No es lo mismo una farmacia rural de Extremadura que una farmacia rural de costa”, justifica.

Nuevos estatutos

La renovación estatutaria que afrontó la Asamblea del Consejo General pareció abrir un halo de esperanza a la posibilidad de contar con vocalía propia de rurales. El propio comité directivo del Consejo General había supeditado tal posibilidad a la aprobación de los nuevos estatutos, puesto que los anteriores no permitían la modificación de su organigrama.

Finalmente, su Asamblea general sólo acordó ‘de facto’ estudiar el tema lo más pronto posible, fuera del nuevo texto aprobado, lo que ha vuelto a provocar las críticas del colectivo rural. “No ha habido suficiente valentía por parte del Consejo General. Fuera de los despachos reconocen las diferencias entre el ejercicio urbano y rural, pero son incapaces de hacerlo de forma pública”, indica Javier Guerrero, coordinador de la Plataforma Nacional de Rurales, asociación que acaba de anunciar “un cambio de rumbo” en su funcionamiento.

Para él, dilatar aún más el debate sobre la creación de nuevas vocalías “sólo empeora el problema y ratifica la percepción de que no existe voluntad para ello o no lo consideran relevante”. Otros compañeros, como Paco Mateo, presidente de la Asociación de Farmacéuticos Rurales de Cataluña (Afruc), denuncia que “ahora que ya no necesitan a la farmacia rural para defender el modelo en Bruselas, quieren llevarnos nuevamente al almacén”.

Incluso, hay quien apunta a razones económicas para la constante negativa. “El Consejo General dice que nuestra vocalía no es necesaria por no reconocer que no tienen dinero para crearla, aunque en este caso habría que preguntar por qué existen cuatro vicepresidencias u otras vocalías que en cifras sólo representan a un par de centenares de profesionales, cuando nosotros somos varios miles”, dice Isabel Enríquez, vocal de rurales del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid.

Agradecidos por el apoyo

Pese a que de momento no ha dado fruto alguno, los rurales muestran su “satisfacción” al comprobar que varios presidentes de colegios provinciales han mostrado interés en mantener vivo el debate dentro del Consejo General. “Sabemos que tenemos el apoyo de decenas de presidentes, que han sido consecuentes con las cartas de apoyo que nos remitieron con anterioridad, aunque, visto lo visto, es una pena que no hayan tenido la fuerza suficiente para influir en las decisiones del Consejo”, resalta Guerrero.

Pese a agradecer este apoyo, el colectivo rural recuerda que quieren ser ellos mismos los que intercambien pareceres directamente con la cúpula directiva del máximo organismo farmacéutico nacional. Por ello, se quejan de no haber obtenido respuesta a una misiva enviada el pasado mes de septiembre a la presidenta de la institución, Carmen Peña, en la que se le solicitó mantener un encuentro para intercambiar posturas. “No sólo no hay fecha para el encuentro, sino que ni nos han contestado”, denuncia Guerrero, que cree que “es otra muestra más de que no nos tienen en consideración”. De forma paralela, también se ha reclamado mantener una reunión con Hidalgo, quien ha recogido el guante. “Espero mantenerla próximamente”, manifiesta el vocal del Consejo General.

Apenas medio año después de su constitución, en julio de 2009, la Plataforma Nacional de Farmacéuticos Rurales acaba de anunciar un “cambio de rumbo” en su funcionamiento y razón de ser. Unos cambios que, según ha podido saber EG, irían más allá de una distinta denominación, ya que pasaría a constituirse en asociación, lo que afectaría a su peso social y la dotaría de un mayor cuerpo jurídico. “Queremos que nos reconozcan como interlocutor válido en futuras negociaciones respecto a nuestras reivindicaciones, aunque ello implique sindicar la profesión, como en ocasiones así lo ha manifestado y denominado la presidenta del Consejo General”, indica una fuente interna de la ya extinta plataforma.

Esta plataforma surgió en origen “de la necesidad de tomar parte en la búsqueda de soluciones a la problemática del colectivo rural y ante la ausencia de iniciativa de nuestros dirigentes”, tal y como rezaba el manifiesto de constitución. Seis meses después de esta aventura (en la que se embarcaron los vocales provinciales de rurales y otros muchos profesionales sin cargo alguno), se considera que la labor de concienciación “está agotada”, y se estima por ello necesario “refrescar objetivos dando un paso al frente”.

Los fundadores iniciales creen que con una nueva estructura y objetivos “será más fácil desarrollar nuestra actividad con una mayor dignidad y reconocimiento, conseguir la posibilidad de promoción y mejorar nuestra remuneración, además de potenciar los aspectos formativos”, con lo que dejan una puerta abierta a que la nueva entidad copie los rasgos propios de una sociedad científica. Sea cual sea la catalogación escogida, anuncian que van a seguir con las quejas, “pero al mismo tiempo propondremos cosas que pueden sorprender a más de uno”.

Acerca de si una nueva estructura más sólida desbloquearía la, según ellos, escasa relación entre el Consejo General y el colectivo rural, el vocal nacional de Oficina de Farmacia, Teodomiro Hidalgo, asegura que “a pesar de que la farmacia rural tiene reivindicaciones lógicas, ninguna de las que conozco hasta ahora me ponen los pelos de punta”.