La declaración de intenciones de BioSpain 2012 quedó clara desde su inauguración. “Desde el País Vasco queremos dar un mensaje a todos aquellos que quieren cambiar la situación económica y competitiva de toda España”, aseguró Regina Revilla, presidenta de Asebio, quien además pidió la iniciativa de los decisores para propiciar este cambio en el modelo productivo. “Es necesaria una estrategia política decidida para el sector biotecnológico de nuestro país, con recursos y medios suficientes”, añadió.
Tras estas palabras que dieron el pistoletazo de salida al quinto congreso más importante a nivel mundial en partnering y volumen de negocio, la respuesta de los participantes no arrojaron en saco roto las palabras de la presidenta de Asebio. De hecho, más de 4.000 reuniones one-to-one certificaron el interés del capital privado por un sector en auge y con gran potencial. “Sin datos definitivos el número de reuniones actual nos dice que hemos crecido un 50 por ciento y ha habido más presencia de fondos de inversores extranjeros que nunca”, resumió Jorge Barrero, adjunto a la presidencia de Asebio. Pero las pretensiones para dar alas al sector de la biotecnología siguen al alza y para la próxima edición de BioSpain ya se piensa en los retos. “Este año nos ha faltado movilizar al capital riesgo de Oriente Medio y Asia y es algo que tenemos que conseguir, así como mantener lo conseguido hasta ahora”, aseguró Barrero.
La presencia de capital español fue determinante para poder afirmar el interés nacional en ese cambio productivo. Enrique Castellón, presidente de CRB Inverbío, avanzó que su grupo inversor tiene previsto movilizar 60 millones de euros para los jóvenes emprendedores de compañías biotecnológicas. “Ya hemos licitado los treinta primeros millones, que pensamos invertir en unas 10 ó 12 iniciativas innovadoras en un horizonte de cinco años”, aseguró Castellón.
Tras haber concertado 20 one-to-one en los dos primeros días de BioSpain 2012, el presidente de CRB Inverbío predijo que “la biotecnología es un buen sustituto de los modelos tradicionales que han reinado en el siglo XX”. La percepción de Castellón se alinea junto a las expectativas que poseen en Asebio. “Tenemos que movilizar a la banca privada y a los gestores de las grandes fortunas para que se decidan a apostar por la biotecnología”, afirmó Barrero.
Los indicadores europeos y las grandes organizaciones no dudan en animar a esos rescoldos de capital privado a modernizarse y abandonar viejos modelos productivos. “La OCDE ha previsto que para mediados de siglo la economía de cualquier país que se considere desarrollado debe estar participada por la biotecnología en al menos un 40 por ciento y en España, según datos del INE, estamos en el 6 por ciento, que es un gran dato”, argumentó Barrero.
Sin embargo, la situación económica actual requiere que los promotores de jóvenes empresas biotecnológicas afinen en sus investigaciones para que se ajusten a los requisitos que exige el capital. “Nosotros buscamos proyectos en fases tempranas que aporten un producto que solucione un problema médico o farmacológico. Hasta la fecha, la mayoría de proyectos con los que hemos trabajado pertenecen al CSIC o a universidades”, reconoció Castellón. Dos ejemplos de biotech de éxito que CRB Inverbío ha apadrinado son OWL Genomics y TCD Farma, donde el grupo de Castellón invirtió 35 millones de euros. Esta última, además, contó con el fondo de inversores para lanzar Amadix, un spin-off que aporta nuevos biomarcadores cancerígenos a la matriz.
BioSpain 2012 ha puesto de relieve, por tanto, la concienciación de los eslabones de la cadena en la necesidad de un nuevo modelo. La evolución de esta apuesta y las diferentes formas de abordarlo se sigue discutiendo por los pasillos del congreso.