Pablo Martínez, Periodista e historiador
Charles Hepler, de la Universidad de Florida, y Linda Strand, de la Universidad de Minnesota, definieron hace poco más de 20 años el concepto de Atención Farmacéutica, y a partir de ahí se inició la difusión de esta modalidad de práctica profesional farmacéutica fuera de los Estados Unidos. Desde esa tierra de oportunidades, al hilo de la reforma sanitaria emprendida por la Administración del presidente Barack Obama, surge ahora, posiblemente, un nuevo detonante que puede revolucionar la práctica de la Medicina y la Farmacia tanto como lo hizo Federico II, rey de las Dos Sicilias, cuando en 1241 publicó un edicto para separar ambas profesiones en sus dominios.
En el marco de la reforma sanitaria estadounidense y su avance hacia la universalización asistencial se buscan soluciones. Este mes, la revista Health Affairs publica un monográfico sobre la reinvención de la atención primaria, y en él encontramos un llamamiento a la integración de la farmacia comunitaria en el primer nivel asistencial que está suscrito por: Marie Smith, profesora de Práctica Farmacéutica de la Universidad de Connecticut; David W. Bates, jefe de Medicina General del Hospital Brigham and Women’s de Boston; Thomas Bodenheimer, profesor de Medicina Familiar y Comunitaria de la Universidad de California; y Paul D. Cleary, decano de Escuela de Salud Pública de la Universidad de Yale. Los puestos de prestigio que desempeñan tienen una gran importancia en relación con la capacidad de liderazgo que pueden ejercer. Según explican, “la mayoría de las visitas al consultorio están relacionadas con la demanda de medicamentos para enfermedades crónicas, algo que requiere la evaluación de la efectividad de los medicamentos, el costo de las terapias, y la adhesión de los pacientes a los tratamientos”. En su opinión, los farmacéuticos están infrautilizados en estas tareas para las que están suficientemente preparados y deben incorporarse al equipo médico para desarrollarlas. Atentos en España, sobre todo ahora que en Cataluña vuelve a abrirse el melón de retribuciones ajenas al margen sobre el precio de venta de los medicamentos.