Carlos Arganda Madrid | viernes, 22 de febrero de 2013 h |

Mucho se ha hablado en los últimos meses sobre el efecto que el copago, como elemento modulador de la demanda, podría tener para la salud. Pero hasta ahora, poca información soportada por datos objetivos ha sido hecha pública. Solo se hablaba desde el punto de vista cualitativo y de un modo subjetivo. Por ese motivo, EG ha solicitado esos datos a las comunidades autónomas desde el pasado mes de diciembre y la única que ha sido capaz de aportarlos ha sido la Comunidad Valenciana.

Según cálculos realizados a partir de los datos de esta autonomía, que no deberían distar mucho de los del resto, hasta el 29,46 por ciento de la reducción de la demanda farmacéutica que se ha observado desde la modificación del copago, se debe a una decisión del paciente. Algo similar debe haber ocurrido en todas y cada una de las autonomías.

Esta cifra viene a incrementar el importante número de recetas prescritas que habitualmente no se dispensan en las farmacias. En concreto, a lo largo del último semestre de 2012, los pacientes valencianos no retiraron de las farmacias 10,1 millones de recetas de los 56,98 millones de recetas prescritas, lo que supone un 17,85 por ciento del total. Esta misma variable, en el último semestre de 2011 ascendió a 7,3 millones de recetas de los 63 millones de prescripciones, lo que representaba un 11,42 por ciento. Una diferencia de 2,8 millones de recetas y un incremento de casi un 40 por ciento.

La comparación del número de recetas prescritas y dispensadas en estos dos periodos muestra que el número de las primeras ha caído un 10,8 por ciento, mientras que las dispensadas lo ha hecho en un 17,2 por ciento.

Menos prescripciones

En lo que se refiere a la caída en el número de prescripciones registrada en este periodo, hay varias cuestiones que la explican. En primer lugar, la presión sobre los profesionales para optimizar la prescripción.

En este sentido, es de destacar que desde mayo de 2010, cuando entre otras medidas se aprobó el Real Decreto-ley 8/2010 y se redujeron los sueldos a los empleados públicos, la tendencia de crecimiento del número de recetas cambió y empezó a bajar. Además, las comunidades autónomas, más allá del precio de las prescripciones, han empezado a poner el foco en el número de recetas, como con la revisión de historiales farmacoterapéuticos. Pero no han sido estas las únicas causas. Esta variable se ha visto también influida por la desfinanciación de medicamentos, que ha resultado lógicamente en un menor número de prescripciones. En concreto, la diferencia entre las prescripciones de los dos semestres estudiados ha sido de 6,8 millones, un 10,8 por ciento.

Esta caída de la demanda farmacéutica se supone libre de riesgos para la salud de los pacientes ya que está decidida por el médico o, al menos, con su consentimiento. Algo distinto al caso en el que son los pacientes quienes deciden no retirar de la farmacia aquéllos medicamentos prescritos por el médico.

Menos visitas al médico

También cabe destacar que el número de visitas a los médicos de Atención Primaria han caído de manera muy significativa en la comparación de ambos periodos, en concreto, un 17,6 por ciento. No obstante, esta caída no ha sido causada por una reducción en el número de beneficiarios que pudiera derivarse de la aplicación de las condiciones de asegurado del Real Decreto-ley 16/2012, ya que las tarjetas sanitarias registradas apenas descendieron en un 3,5 por ciento.

No obstante, el número de visitas a los médicos de Atención Primaria por tarjeta sanitaria sí que se redujo de manera importante. En concreto, un 14,6 por ciento. Eso sí, lo que ha subido, también de manera significativa, es el número de recetas por visita, de 6,19 a 6,7 unidades, lo que supone un 8,2 por ciento más.