Los medios de comunicación debemos ser más cautos y no recrear historias de ciencia ficción y catastrofismo gratuito
| 2009-05-17T18:00:00+02:00 h |

Marta Ciércoles

es periodista del diario ‘Avui’

Virus. Pandemia. Cuarentena… Palabras que parecen sacadas del argumento de alguna película de tintes apocalípticos en la que la humanidad se enfrenta a una amenaza para su propia supervivencia. Si alguien que acabara de aterrizar en la Tierra leyese o escuchase algunos mensajes que desde hace unas semanas están circulando por el mundo, la mayoría a través de los medios de comunicación, tendría suficientes motivos para pensar que una situación parecida a la que muestran esas películas se está viviendo ahora mismo en nuestro planeta.

Sí, el ser humano se está enfrentando a un nuevo virus, el A(H1N1), desconocido hasta ahora. Sí, estamos a punto, si es que cuando este artículo vea la luz no ha ocurrido ya, de ver cómo la Organización Mundial la Salud declara el temido nivel de alerta 6, que comportará la declaración de pandemia y la aplicación de ciertas medidas sanitarias, como, por ejemplo, la de unir esfuerzos para conseguir una vacuna que se pueda administrar a la población lo antes posible.

Es cierto, la pandemia puede llegar. De hecho, si escuchamos estos días a todos los expertos, sabemos que llegará, que el nuevo virus se extiende por todo el planeta. Ya ha demostrado su altísimo poder de transmisión: en estas semanas hay fundadas sospechas de que se ha expandido a más de 20 países en todos los continentes. Por el contrario, al menos de momento, el A(H1N1) ha mostrado una letalidad muy baja. Habrá que estar muy alerta y ver cómo evoluciona el virus.

Pero la temida pandemia llegará, como cada año llega también la pandemia de gripe estacional, que provoca alrededor de un millón de muertes, pero contra la que nunca se nos ocurriría protegernos con mascarillas. Cierto es que tampoco hay que frivolizar. Que la llegada de nuevos virus gripales, producto de recombinaciones genéticas de diferentes virus animales y humanos debe mantener a las autoridades sanitarias muy alerta.

Ya hace años que organizaciones como la Organización Mundial de la Salud o la norteamericana CDC (Centers of Desease Control) están avisando del riesgo de la aparición de nuevos virus gripales que podrían ser muy virulentos y causar altas tasas de mortalidad al no tener ningún tipo de memoria inmunitaria contra ellos.

La Organización Mundial de la Salud también ha recordado que otras pandemias han llegado a afectar a un tercio de la población mundial. La vigilancia debe existir y las medidas deben estar previstas a través de protocolos de actuación y otras herramientas, pero todos los agentes sociales deben asumir responsabilidades en estas situaciones.

Por eso, considero que los medios de comunicación deberían imitar la actitud de la mayoría de científicos, en lugar de aprovechar para recrear historias de ciencia ficción y catastrofismo gratuito y peligroso. No es de recibo que en un momento en que existen los medios para que la información circule a una rapidez nunca imaginada hasta ahora y para que llegue a todos, o casi todos, los rincones del planeta, la desinformación campe a sus anchas generando miedos infundados y actitudes discriminatorias.