Acabamos 2010 (éste es el último número de EG en este año) y es momento de hacer balance de lo sucedido a lo largo del ejercicio. Un año caracterizado, fundamentalmente, por iniciativas legislativas o reglamentarias que buscaban el recorte del gasto en farmacia. Unas iniciativas sobre las que, en algunos casos, incluso existen dudas de su legalidad. Empezó Castilla-La Mancha pocos días después del Pleno del Consejo Interterritorial del SNS del 18 de marzo, con su decisión de retirar de los sistemas de prescripción dos principios activos, con la justificación de ser enantiómeros de otros que se mantenían en la oferta. Además, esta comunidad restringió la prescripción de determinadas marcas a través de los sistemas de prescripción electrónica. Una medida que, poco a poco ha sido perfeccionada.
Ése fue el caso del País Vasco, que en vez de prohibir las prescripciones por marca en una selección de cuatro fármacos, directamente cambió la elección del médico para que en la receta saliera únicamente el principio activo. Cantabria siguió su camino, aunque menos ambicioso, ya que solamente restringió dos principios activos. Posteriormente, Galicia sorprendió a todos con su catálogo específico, que incluirá únicamente determinados medicamentos que no superen un precio marcado para cada principio activo. El no va más llegó con Andalucía y su ocurrencia de realizar subastas de medicamentos en el ámbito de la Atención Primaria. Una medida que indirectamente modificaba el precio de los medicamentos y que rompería definitivamente el SNS. Finalmente, Extremadura ha dado su paso y copia parte de la estrategia de los manchegos.
Ha sido un año difícil. A los dos RDL se le han sumado estas iniciativas que incluyen, algunas más que otras, muchas dudas sobre su legalidad. Y el futuro no parece más halagüeño, ya que otras autonomías podrían estar ya preparando sus propias estrategias. El año que viene será si cabe aún más difícil en lo económico y para las arcas públicas. Por ese motivo, es más necesario que nunca que el Consejo Interterritorial funcione y coordine para que las autonomías no vayan cada una por su cuenta. De lo contrario, habrá que decir adiós al SNS, si bien no por lo legal sí por la vía de los hechos.