Sin duda, los efectos de la rebaja en el precio de los innovadores y de los genéricos han fabricado la perfecta cortina de humo que permite hacer creer en una perfecta gestión del gasto farmacéutico
| 2010-09-03T16:55:00+02:00 h |

En octubre hará 25 años que un joven llamado Marty McFly se subiera a un Delorean para iniciar un archiconocido viaje en el tiempo que le permitiría arreglar errores cometidos en el pasado. No pasa de ser una mera coincidencia, con un tinte un poco freak, que el aniversario de Regreso al Futuro coincida con un momento único en la historia del gasto farmacéutico público que ha hecho volver a los niveles de 2003 el precio medio de las recetas.

Pero, si de buscar similitudes se trata, éstas acaban ahí. Que Trinidad Jiménez y los consejeros de Sanidad vivan y disfruten el presente, pues si de regresar al futuro se trata, es cuestión de tiempo que las medidas adoptadas demuestren, una vez más, su carácter coyuntural. Y esto es así porque, si bien el precio medio ha sido eficazmente reseteado, no ha ocurrido lo mismo con ninguno de los restantes parámetros que giran en torno al gasto. Es decir, que el gasto medio por receta está ahora en 2003, mientras que el número de recetas, las recetas per cápita, la evolución demográfica, el envejecimiento poblacional y los índices de precios al consumo continúan, por así decirlo, donde estamos: en 2010 y en un continuo crecimiento.

Eso sí, antes de que regrese de nuevo al futuro, el precio medio retrocederá aún más en el tiempo. Y lo hará cuando entren en escena las restantes medidas previstas, sobre todo el nuevo SPR, previsiblemente en enero de 2011.

Sin duda los efectos de la rebaja en el precio de los innovadores y de los genéricos han fabricado la cortina de humo que permita hacer creer en una perfecta gestión del gasto farmacéutico, mientras debates útiles como los del copago continúan siendo relegados al exilio.

Y al decir útiles no hay más que remitirse a los datos. De los 155 millones de euros ahorrados en junio y julio, es mayor la cantidad en aquellas regiones que más han controlado su número de recetas. Pero la presión sobre los precios ha sido demasiada. Tanto, que incluso Castilla y León, que aumentó un 22,29 por ciento su número de recetas en julio, ha obtenido en términos generales unos resultados positivos. Pan para hoy, hambre para mañana.