| viernes, 18 de mayo de 2012 h |

Probablemente la palabra incertidumbre sea una de las más repetidas en el sector. Da lo mismo que se trate de oficina de farmacia, distribución o industria. Pocos sectores tendrán el dudoso honor de ser tan regulados como el de la cadena del medicamento y una inestabilidad tan manifiesta. Desde 2000 el número de reales decreto-ley, leyes, reales decreto, órdenes, instrucciones, resoluciones, etc. del ámbito farmacéutico son incontables.

A pesar de ello, cada vez que hay una nueva norma, el sector la asume y empieza a trabajar con el nuevo escenario. Lo que no es lógico es que esos escenarios cambien incluso con las correcciones de errores introduzcan, por ejemplo, un catálogo por la puerta de atrás. Y, por el contrario, no lleguen aquellos cambios que corrijan cuestiones que podrían causar mucho daño y una amplia judicialización, como es el caso de las escalas de aportación de las farmacias por el RDL 5/2000. Es cierto que Sanidad ya ha confirmado que arreglará el desbarajuste creado en el RD 823/2008, aunque no se sabe en qué sentido, pero la situación actual no ayuda a generar confianza y tranquilidad. Sino incertidumbre. Pero la incertidumbre no solo es regulatoria. También hay incertidumbre, que conduce a frustración, cuando no hay información sobre las decisiones administrativas que afectan, por ejemplo a la comercialización y venta de los medicamentos. Es decir, todo lo que afecta al acceso al mercado.

Por si fuera poco, con la tramitación parlamentaria del RDL 16/2012, una nueva amenaza surge sobre la ya de por sí inestabilidad regulatoria en el sector. La supuesta inconstitucionalidad del texto que plantean algunos de los grupos de la oposición y que podría dar lugar a una nueva situación de cambio. No se puede seguir así.

La administración debe empezar a mirar hacia los administrados con otros ojos. Debe empezar a ponerse en sus zapatos y ayudar a que pueda trabajar en plazos suficientemente largos como para que el sector tenga estabilidad, aunque sean también suficientemente cortos como para que las medidas de control sean también eficaces. Encontrar el punto medio es necesario de manera urgente para no cargarnos un sector estratégico como el farmacéutico.