El increíble hombre menguante, la película de los años 50, narra la historia de un hombre que tras un extraño suceso empieza a reducir su tamaño de manera muy notoria hasta hacerse diminuto. En ese momento, las cuestiones cotidianas se vuelven un peligro para su supervivencia. Tanto, que solo gracias al ingenio puede superar. Algo parecido es lo que ha estado viviendo la distribución farmacéutica en nuestro país en los últimos años, pero especialmente desde 2004. En este último periodo, la distribución ha visto como su margen se ha ido reduciendo paulatinamente desde el 9,6 por ciento hasta el 7,6 por ciento actual. Nada que ver con el 12 por ciento que existía antes de 1997.
Su actividad en ese tiempo, se ha visto potenciada por el incremento de la demanda ya que en 2004 el número de envases vendidos al SNS fue de 728 millones, mientras que durante el año pasado la venta alcanzó los 973 millones. Este incremento de actividad podría ser visto como bueno, pero al analizar la facturación del sector, sin tener en cuenta los efectos de los medicamentos por margen fijo, habría pasado de 632 millones de euros en 2004 a 586 millones de euros en 2011.
En este tiempo, las necesidades de ajuste del stock de las farmacias han hecho que sea cada vez más frecuente que las boticas realicen dos, tres, cuatro y más pedidos diarios a la distribución. Unos pedidos, cada vez más pequeños en volumen, por tanto. De este modo, el margen neto de la distribución ha caído estrepitosamente ya que el margen por envase servido ha pasado de los 0,712 euros de 1999 a los 0,867 de 2004, y en estos días nos encontramos en 0,602 euros por envase.
Viendo estas cifras es lógico que la distribución diga que puede intentar dar más servicio, pero que su margen está ya esquilmado. Y podía haber ido a peor con la aplicación de bajadas mensuales por el sistema de precio más bajo y la consiguiente pérdida de valor de stock que amenazada al sector. En este sentido, la habilitación de las repescas y convivencia de precios para las bajadas por debajo de menor que va a establecer el Ministerio de Sanidad dan un poco de luz ante el negro panorama que se cernía sobre la distribución y la continua devaluación de su stock, pero no por ello, deja de hacer necesario que la distribución se invente y tire de ingenio, como ese hombre menguante.