Todos tenemos nuestro orgullo y nos cuesta reconocerlo pero, ¿quién no se ha sentido alguna vez como aquel burro de la fábula al que su amo, para convencerle de que caminara cada día en la dirección que él quería, le colocaba hábilmente una zanahoria atada a un palo delante de su hocico? El burro tiraba y tiraba; algún día estiraba el cuello y casi la alcanzaba, y se dormía con la seguridad de que mañana sería el día… Pobre animal.
El palo es más que una metáfora. Es un arma de doble filo. Por un lado, representa el anhelo que el burro quiere conseguir y su motivación para seguir adelante, pero al mismo tiempo le sirve a su amo para espolear a su animal de vez en cuando. Por si alguien no lo pilla: te prometo acercamiento y estabilidad y te acerco el palo; ahora te hago unos recortes y lo alejo; ahora te prometo un Plan Sectorial o un mayor reconocimiento de tu labor, e incluso un pago por servicios, y lo vuelvo a acercar; ahora viene una comunidad autónoma y te pega un palo.
Los pasos dados después del verano por José Luis Rodríguez Zapatero y el Ministerio de Sanidad han llevado a Farmaindustria a declarar que ‘pasa página’ en su enfrentamiento con el Gobierno central tras el RDL 8/2010. Pero el Plan Sectorial necesita ser más que una prometedora expectativa. Y necesita serlo urgentemente, porque la situación del sector es peliaguda. La mayoría de la Comisión de Sanidad es consciente de ello, y por eso solicitó medidas para todos los agentes de la cadena del medicamento.
Es necesario que ese Plan Sectorial, además, imponga algo de sentido común en el maremágnum de medidas autonómicas que han venido o están por venir. De lo contrario podrían no verse cumplidas las expectativas de la industria y el plan sería la misma zanahoria detrás de la que corre un animal cada vez más famélico.
Es así de claro. A la industria farmacéutica y a la farmacia en general, le está tocando hacer de burro. Y que nadie se ofenda porque, si es por buscar una comparación menos cruda, también pueden pasar por aquel niño al que su madre promete helado para el postre si se acaba todas las lentejas… Pobre hijo. Y la verdad es que para el sector todo están siendo lentejas. O las come o las deja. Haga lo que haga, nunca llega el postre.