Qué guarda Ana Mato en su cajón? Desde luego no serán facturas, pues la ministra ya ha dejado bien claro que uno de sus objetivos es acabar con esa lacra presupuestaria. Si guarda algo más entre sus bolígrafos y sus papeles, con forma de propuesta revolucionaria y reformista, habrá que esperar hasta que se reúna el Consejo Interterritorial para conocerla. Probablemente, incluso, haya que esperar hasta la reunión que se celebre después de las elecciones andaluzas y asturianas. Si algo se desprende de la comparecencia de la ministra, es que el Interterritorial ejercerá por fin el papel que venía reclamando hace tiempo.
Visto así, el Consejo Interterritorial aborda esta legislatura desde una perspectiva histórica: los acuerdos, por vez primera, serán los protagonistas, y no los plantes y desplantes de los consejeros de turno, forzados en uno y otro caso por la disciplina del partido. Aunque sea cosa del tinte monocolor con el que lo han pintado las elecciones autonómicas, será de agradecer un Consejo Interterritorial que por primera vez desde hace muchos años funcione como lo que debe ser: el órgano de cohesión del sistema, en lugar de un mini-parlamento en el que encontrar la oportunidad de hacerse una foto y dirimir trifulcas partidistas.
El papel que le espera al Interterritorial es de enormes dimensiones. Será, para empezar, el punto de partida del Pacto sanitario. Si bien es cierto que proponer un acuerdo de estas características ya no es novedoso (que se lo pregunten a los cuatro ministros que han precedido a Mato), sí lo son las circunstancias que marcan la composición del nuevo Interterritorial. Muy mal se tienen que dar las cosas para que Mato no saque adelante este objetivo.
De ahí que lo realmente interesante es lo que ya se ha englobado dentro del Pacto: medidas para la sostenibilidad, para reducir más aún el gasto farmacéutico y para garantizar la cohesión y la equidad. La unidad del Interterritorial y la confianza que el ministerio ha depositado en él son una oportunidad única para afrontar el debate sin apriorismos y con responsabilidad. Si va a haber otra política farmacéutica, debe salir del consenso de todos.