IMI y el Programa de Cooperación en Investigación Clínica y Traslacional son dos ejemplos de cooperación público-privada para avanzar en el conocimiento y reequilibrar geográficamente la I+D
| 2009-09-18T17:00:00+02:00 h |

Desde hace mucho tiempo se ha hablado de la necesidad de la colaboración público-privada en la investigación y desarrollo en el área biofarmacéutica, tanto a nivel de investigación básica como en investigación aplicada y clínica. Pero nos encontramos en un momento en el que este tipo de colaboraciones está teniendo un importante auge tanto por el volumen de proyectos como por la financiación con la que se les dota.

La semana pasada se presentó en Bruselas la segunda convocatoria de la Iniciativa de Medicamentos Innovadores (IMI), un proyecto liderado por la Comisión Europea y la Efpia. IMI es un proyecto que gestionará la inversión de 2.000 millones de euros hasta 2017, invertidos a partes iguales por cada uno de los dos organismos, que busca solventar los problemas existentes en la I+D de nuevos medicamentos en diversas áreas terapéuticas.

Por otro lado, también la semana pasada Farmaindustria dio el paso definitivo para poner en marcha el Programa de Cooperación en Investigación Clínica y Traslacional, una línea de colaboración entre las compañías farmacéuticas presentes en nuestro país y las diferentes comunidades autónomas. El objetivo, gracias a la inversión de 180 millones que sufragarán las farmacéuticas, es potenciar la investigación clínica y traslacional en todos los rincones de nuestra geografía, reduciendo la bipolaridad Madrid-Barcelona existente en la actualidad. Esta medida formaba parte del compromiso adquirido por Farmaindustria con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en marzo pasado.

Son dos ejemplos de las muchas iniciativas que se están llevando en la actualidad y que son la mejor manera de avanzar en el conocimiento y la investigación en materia farmacéutica, permitiendo afianzar el modelo económico basado en el conocimiento. Pero en el caso de nuestro país, la propuesta de Farmaindustria permitirá, adicionalmente, iniciar un reequilibrio geográfico de la I+D, dotando a centros de todas las regiones españolas de los medios y los conocimientos adecuados para llevar a cabo su labor investigadora.