La tijera que José Luis Rodríguez Zapatero se ha visto obligado a utilizar, acuciado por nuestros socios europeos y por Barack Obama, ha vuelto a cortar el mismo patrón: la industria farmacéutica
| 2010-05-14T16:31:00+02:00 h |

Jean-Luc Godard dirigió en 1960 su primer largometraje, una delicia en la que también participaron otros popes de la nouvelle vague como François Truffaut y Claude Chabrol, y que contó en el reparto con la presencia de un joven Jean-Paul Belmondo y una espectacular Jean Seberg, llamada À bout de souffle. Una obra maestra, que en España se tradujo por Al final de la escapada, en la que un ladrón de coches de poca monta de los bajos fondos marselleses, Michel Poiccard, inicia una huida hacia adelante para escapar de la policía. En su huida, arrastra a una amiga estadounidense, Patricia Franchini. ¿El final? No descubrimos nada (ya han tenido ustedes medio siglo para verla) si desvelamos que Michel, en una de las escenas que están en la cumbre del cine de todos los tiempos, es abatido a tiros por la policía. Sí, fue Patricia quien lo denunció para no enamorarse de él.

Lo sucedido la pasada semana en el Congreso de los Diputados con las medidas de recorte que anunció el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no tienen nada que envidiar al guión de À bout de souffle. O, mejor dicho, lo sucedido en estos últimos meses, con anuncios de brotes verdes, salida de la recesión y recortes no drásticos incluidos. Europa, sobre todo los que parece que tras la crisis griega se han puesto al mando y cortan el bacalao, la alemana Angela Merkel y el francés Nicolas Sarkozy, incluso desde Estados Unidos llegó una llamada de Barack Obama, puso freno a la huida hacia delante de España con la imposición de unos deberes que marcan su à bout de souffle.

Eso sí, entre los que pagarán los platos rotos de esta carrera que terminó la semana pasada se encuentra, nuevamente, el sector farmacéutico. Con la policía en los talones, este sector ya recibió hace poco los disparos de un RDL 4/2010 y ahora los recibirá a través de la bajada de los medicamentos no afectados por el SPR. El sector está malherido, y mucho nos tenemos que será muy difícil que se recupere. El presidente del Gobierno ha puesto como parapeto a este personaje llamado industria farmacéutica para que reciba los disparos. Y alguien que la conoce muy bien es quien pudo dar el soplo para disparar nuevamente contra él.