a. c. Oviedo | viernes, 29 de noviembre de 2013 h |

La inestabilidad política que colea en el Principado de Asturias en los últimos años, que ha propiciado hasta tres gobiernos distintos en composición y signo político, también tiene efectos en su farmacia. Una inestabilidad que se traduce en el retraso “en torno a dos años” en la puesta en marcha de proyectos profesionales ya emprendidos en el resto de la farmacia nacional, como así denuncia José Villazón, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Asturias.

Según destaca, estos cambios han hecho vivir a la farmacia astur su particular ‘día de la marmota’. “Cuando estamos preparados para empezar a trabajar conjuntamente para lograr unos objetivos, se produce un nuevo cambio que nos obliga a volver al mismo punto”, resume Villazón.

Los meses de “inactividad” que acarrean las salidas y entradas de los distintos equipos gubernamentales han supuesto un freno al avance de la receta electrónica (aún en fase de implantación) o el nuevo modelo de atención farmacéutica a residencias. Iniciativas que “están viendo la luz pero con retraso”, concreta.

Encrucijada económica

Asimismo, las boticas asturianas también viven la misma encrucijada económica y profesional que el resto de sus compañeros, como así se analizó en la conferencia ‘Oficina de farmacia y sus farmacéuticos: una propuesta seria de futuro’, organizada la semana pasada por su colegio farmacéutico y que Villazón se encargó de impartir. En ella, animó a apostar por una gestión empresarial de sus establecimientos que atienda su naturaleza sanitaria pero sin olvidar que “también son empresas”.

Por ello, abogó por gestionar con acierto “lo relativo a atención al público, imagen y comunicación, proveedores y personal”, y pidió “un esfuerzo para dar una imagen coherente y comprensible para la sociedad, ya que no es un sector de fácil comprensión”.