El Consorcio de Apoyo a la Investigación pide cooperación a los investigadores

La falta de coordinación afecta a la producción de ensayos clínicos de calidad

| 2010-05-14T16:50:00+02:00 h |

Rocío bueno

Madrid

La falta de recursos tradicionalmente denunciada por los investigadores independientes no se refiere exclusivamente a carencias materiales. Así lo puso de manifiesto Joaquín Casariego, director del Consorcio de Apoyo a la Investigación Biomédica en Red (Caiber), durante la IV Jornada sobre Investigación Clínica organizadas por la Fundación para la Investigación Biomédica del Hospital Ramón y Cajal.

En su ponencia, “Investigación independiente: nuevas posibilidades”, Casariego subrayó la necesidad de coordinación entre distintos grupos de trabajo que, según aseguró, investigan cosas muy similares sin demostrar sinergia. “El beneficio de los pacientes depende de que estemos alineados y la investigación clínica no se realice de un modo aislado”, explicó. Asimismo, el responsable de Caiber añadió que “hay pocos recursos, pero si consiguiéramos utilizarlos de manera más eficiente conseguiríamos hacer más con lo mismo”, y afirmó que “en los tiempos que corren, hay que estar preparados para dar más por menos”.

El fenómeno de la globalización afecta a todas las cuestiones relacionadas con la salud, lo que obliga a llevar a cabo cambios estructurales para que la investigación sea también integral. “Lo ideal sería que todos los recursos formaran parte de una aldea global”, explicó, a favor de convertir la investigación en un espacio de colaboración para que los ensayos clínicos salgan “mejor, más rápido y de manera más fácil”.

Trampolín para ensayos

La lista de escollos que los investigadores independientes encuentran en su camino es larga e incluye múltiples cuellos de botella como el difícil acceso a los pacientes o la complicada estructura de los centros. Todas estas dificultades se traducen una ralentización de las investigaciones que afecta a menudo a la calidad de los ensayos sin interés comercial. Con el objetivo de cambiar este escenario nació Caiber, un consorcio público estatal que pretende ser, tal y como señala su director, “un trampolín para poder poner en marcha ensayos sin tener que mendigar”.

Enmarcada dentro de las estructuras de investigación cooperativa del Instituto Carlos III, esta plataforma presta servicios de coordinación y financiación a 40 unidades de investigación clínica distribuidas por todo el país. Para ello, Caiber cuenta con una dotación económica de 10 millones de euros anuales durante cuatro años, con revisión en 2012.