En el campo de la salud, la biotecnología generará de 10 a 14 nuevos fármacos anuales hasta 2015, según el informe Cotec 2010

Los expertos piden modificaciones en los sistemas de salud y en las regulaciones en materia de medicamentos de cara al futuro

| 2010-07-09T17:05:00+02:00 h |

carlos b. rodríguez

Madrid

La crisis ha convencido a los países desarrollados de la urgencia de encontrar nuevos modelos de crecimiento basados en la innovación. La biotecnología está en la base de ese cambio. En el campo de la salud, generará de 10 a 14 nuevos fármacos al año hasta 2015. Sin embargo, a largo plazo precisa de una “auténtica revolución en el área sanitaria, que tendrá altos costes pero proporcionará importantes beneficios”. Así lo asegura el Informe Cotec 2010.

La previsible reducción en los costes de secuenciación del genoma hará posibles muchos avances y garantiza la revolución a corto plazo. En los próximos años saldrán al mercado nuevas terapias regenerativas basadas en la biotecnología, así como una gran cantidad de métodos diagnósticos. Para 2015, todos los nuevos fármacos incorporarán biotecnología en su concepción o fabricación, por lo que la distinción entre farmacia y biotecnología aplicada a la salud humana ya no tendrá sentido. Además, la biotecnología tendrá un protagonismo importante en la forma de administrar los medicamentos, que será personalizada, al igual que las terapias.

Cambios radicales

De cara a 2030, las predicciones son más arriesgadas. Según el escenario más probable (ver tabla), el 39 por ciento del valor económico generado por el uso de la biotecnología en ese año se creará en las aplicaciones dirigidas al sector industrial, seguidas por las de utilización en el sector primario con el 36 por ciento del total. Mientras, el sector salud contribuirá con un 25 por ciento.

Estos resultados contrastan con las estimaciones de la OCDE respecto a la distribución, ya en 2003, del gasto en I+D empresarial en biotecnología, en las que el 87 por ciento del mismo estaba destinado al desarrollo de aplicaciones en el sector salud, y sólo el 2 por ciento en el sector industrial.

Este desajuste puede deberse, en primer lugar, a la menor productividad de la biotecnología aplicada a la salud. De hecho, Cotec afirma que en esta área el modelo de empresa completamente biotecnológica (ECB) se agota debido a que el inversor no obtiene los retornos prometidos. Las ECB deberán dirigirse hacia productos más seguros y con períodos de desarrollo más cortos, como los dispositivos médicos, y cambiar por la medicina personalizada la apuesta por los fármacos de gran consumo.

Esto, con toda seguridad, llevará a la segunda razón que explica la peculiaridad de la biotecnología aplicada a la salud, ya que se trata de procesos que darán lugar a productos con precios más elevados (y por tanto menos accesibles) que en otros sectores. “Muchos desarrollos en esta área incrementarán tanto los costes sanitarios como los de los sistemas de pensiones, difíciles de asumir si no se demuestra claramente que los nuevos tratamientos son más eficaces que los tradicionales”, dice el informe.

Precisamente para obtener todos los posibles beneficios en salud es preciso, según el informe, introducir “cambios más o menos radicales en los sistemas de salud, en la manera de administrar los mismos y en las regulaciones que afectan a los medicamentos”. A priori, sin embargo, la respuesta no será distinta a la actual, dicen los expertos de Cotec. Los gobiernos, ante el crecimiento en el gasto, podrían intentar establecer de manera generalizada controles de precios de los medicamentos, “lo que reduciría los ingresos de las empresas farmacéuticas y la rentabilidad de sus inversiones en I+D” e incidiría negativamente en el desarrollo de nuevos biofármacos.

El sector farmacéutico podría contemplar, eso sí, los menores ingresos a la luz de la reducción de costes que podría derivarse de la utilización de las nuevas tecnologías en la producción de biofármacos, de los alimentos funcionales y de la nutrigenómica.