Pregunta. Amante de la naturaleza y la vida sana. ¿Dice esto algo de tus orígenes?
Respuesta. Mis padres son de Trujillo (Cáceres). Yo nací en Sevilla y a los cuatro años nos mudamos a Madrid, pero pasábamos los fines de semana en Trujillo. Me apasionaba salir al campo por las mañanas y cuidar el ganado.
P. Imagino que ahora el campo te sirve para escapar del mundanal ruido, ¿no?
R. Sí, los fines de semana trato de ir a andar por la sierra con la familia.
P. ¿Algún conflicto con los químicos, dada esa predilección por lo natural?
R. Cuando pienso en un medicamento solo me fijo en las consecuencias positivas que pueden tener para los pacientes. A mis hijos les cuento el bien que producimos a la sociedad en nuestro día a día.
P. ¿Mejor los biológicos, en todo caso?
R. Creo mucho en esos productos, en los medicamentos inteligentes, que traten la enfermedad de forma más precisa y con menos efectos secundarios.
P. Volviendo al campo, uno de los deportes que practicas es la escalada. ¿Experta o amateur?
R. Soy nadadora de competición, pero las circunstancias actuales me impiden entrenar al ritmo que esto requiere. Corro tres veces en semana para mantenerme en forma y, además, hago escalada y otros deportes de riesgo, como el descenso de barrancos.
P. ¿En la escalada, eres técnica o tiras de músculo?
R. Tiro de músculo y no arriesgo. Siempre voy sobre seguro.
P. ¿Y en las negociaciones con el ministerio tiras también de maña, o más de fuerza?
R. Con el ministerio uso más la maña. Soy más de convencer, de argumentar con datos. Y, sobre todo, soy muy transparente.
P. Aunque no la utilices mucho, tener a una multinacional detrás te da fuerza, ¿no?
R. Llevo ya unos años en esto y puedo asegurar que es un tema que importa. Eso sí, unas veces influye para bien y otras para mal. Aunque además de eso importa la persona.
P. ¿Cómo de complejo es el muro de la Administración?
R. La situación económica ha generado un entorno complejo que nos obliga a cambiar e innovar cada día. La sensación es que nada es suficiente, aunque soy una persona muy persistente y mi trabajo, de hecho, consiste en abrir nuevas vías para sortear las dificultades.
P. ¿Cuál es tu principal apoyo en ese difícil ascenso?
R. Tengo la suerte de que los medicamentos de Celgene son muy eficaces, con una aportación en salud importante, y eso te da seguridad a la hora de hablar con las autoridades. El otro punto de apoyo es tener a un director general convencido de la necesidad de adoptar acuerdos win-win que trasciendan la mera venta de fármacos.
Nadadora de competición, amante de los deportes de riesgo… En definitiva, una mujer valiente y fuerte. Eso es lo que transmite Marta Moreno (Sevilla, 1972), la directora de Market Access y Asuntos Regulatorios de Celgene en España, cuando te sientas frente a ella, cara a cara. Y quizá esto también le ha valido, junto a sus habilidades profesionales, para se hayan fijado en ella varios actores dentro de la industria farmacéutica. Concretamente, ocupó varios cargos de responsabilidad en la filial española de Janssen, dentro del área de Precio y Acceso. De ahí a Celgene España, en mayo de 2013, a donde llegó de la mano de Jordi Martí, para el que solo tiene palabras de elogio, dado que, como dice, “es de esos visionarios que han comprendido que esto ya no solo consiste en vender medicamentos”.