Santiago de Quiroga
El 7,5 por ciento parece ser un número que inspira a todos. Aunque las vacunas no debían de verse afectadas por la rebaja-descuento de precios, varias autonomías, a través de sus consejerías de Sanidad, han anulado los concursos de vacunas y quieren negociar una nueva rebaja. Esa creatividad para rentabilizar y aprovechar el entorno —riesgos legales aparte en los que se puede incurrir— es lo que le falta a la corporación farmacéutica para recuperar un mercado natural: el control del peso. Sólo el 20 por ciento de los que deciden perder peso acuden a la farmacia. Un gran negocio en manos de inexpertos que venden dietas para adelgazar sin el control de un sanitario. El acuerdo de colaboración en el autocuidado entre Anefp y el Consejo de Farmacéuticos de Carmen Peña, aunque sea sacado del fondo de un cajón, muestra que las cosas van por buen camino, y con ello que la farmacia puede avanzar con oportunidades de negocio que no deben ir a menos, sino todo lo contrario. Si conseguimos que la palabra “negocio” no produzca alergia en el sector, habremos avanzado. Un gran negocio en sentido peyorativo es lo que han hecho los falsificadores de medicamentos, a la cabeza de las mercancías intervenidas en las aduanas de la UE, con más de 11 millones de artículos. Pfizer quiere liderar la lucha contra las falsificaciones, pero no parece que eso se pueda hacer sin contar con un aliado clave: la distribución farmacéutica y la farmacia que la soporta.