| viernes, 17 de diciembre de 2010 h |

Santiago de Quiroga

Son demasiados los que dicen “no” a la unidosis. Esta semana, Jesús Acebillo, presidente de Novartis, ha tenido que recordar que los ahorros pretendidos son humo, y que otros países donde se aplican las unidosis estudian eliminarlas cuanto antes.

Fraccionar los medicamentos supone que las farmacias deben comprar envases clínicos y cambiar la facturación a unidades (cápsulas, comprimidos). Las farmacias deberían adquirir 500 comprimidos para ir dispensando y facturándolos lentamente. Demasiado complejo. El piloto realizado no demostró en su día ni ahorros ni ventajas. Pero algunos, como Raúl Díaz-Varela, consejero delegado de Kern y presidente de Aeseg, quieren que se vuelva a realizar un piloto para verificar las supuestas ventajas, que tampoco ve. Y lo dice quien produce un alto número de unidades y sabe de lo que habla. En eso le apoya Fernando Redondo, presidente de FEFE.

Los supuestos beneficios en cuanto a duración de tratamiento, sencillamente, no existen. Algunos animan a identificar el medicamento que no tiene el envase adecuado y, por ello, es susceptible de mejorar su administración personalizando la prescripción con la unidosis. ¿Existe? Y otro detalle: ¿quieren los médicos comenzar a prescribir comprimidos y cápsulas de una en una? ¿Se adaptarán a las guías terapéuticas, reflejadas en el prospecto en muchos casos? Muchas unidudas de muchos expertos.