Los colegios de Farmacia (COF), deben reinventarse de una manera profunda. Por razones comunes a la naturaleza humana, es más fácil cambiar cuando se corre el riesgo de desaparecer. El cambio implica tener la experiencia y el conocimiento de lo que se debe hacer, pero también la capacidad de llevar a cabo la transformación necesaria. ¿Alguien podía predecir los impagos hace unos pocos años? ¿Y la disminución de la rentabilidad acuciante de la farmacia? Como ya hemos dicho en alguna ocasión, la farmacia ha sido podada poco a poco y ahora muchas boticas se están reinventando, pero el cambio debe venir apoyado e impulsado por los Colegios. Los presidentes colegiales deben evitar lamentarse y esperar a que las cosas ocurran. Creo que ha llegado el momento de hacer que las cosas sucedan: que la farmacia sea un actor aún más relevante en materia sanitaria y que se establezcan nuevas alianzas entre el sector farmacéutico y la farmacia, entre otros. En resumen, que se convierta en valor la cercanía y accesibilidad del paciente a una botica. La farmacia debe recuperar rentabilidad ofreciendo más valor. Para eso habrá que empezar por reinventar los COF, ese debe ser el reto de los que aspiran a liderar la farmacia. Como dice la canción de Joaquín Sabina: pongamos que hablo de Madrid.
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