Santiago de Quiroga
Algunas voces aisladas, quizá provenientes del mismo ámbito que las que se han opuesto a facilitar preservativos en la farmacia, se han quejado de la falta de folletos informativos en torno a la píldora del día después (PDD). El protocolo que ha elaborado el Consejo General de COF —entre otros que se parecen— incluye que se facilite el folleto. Un protocolo que no es obligatorio ni imprescindible, frente a la capacidad del farmacéutico de actuar de una forma profesional y trasladar a quien solicite la PDD aspectos clave de salud sexual: que no se trata de un método anticonceptivo, que utilice preservativo para protegerse de infecciones de transmisión sexual, entre otras cuestiones. ¿Necesita el farmacéutico un folleto para explicar esto? Claramente, no. Los más avispados, se lo bajan de Internet, puesto que está colgado en www.portafarma.com, y se lo proporcionarán así a la usuaria.
Aunque respetemos las opiniones de todos, no existe la objeción de conciencia legal sobre no facilitar la píldora del día después. Como no la hay para no facilitar preservativos. Los que quieran polemizar con los folletos, también lo harán por otras cuestiones, pero no deben los farmacéuticos dejarse arrastrar por argumentos cuestionables y que no tienen nada que ver con la ciencia, y más bien con posturas intransigentes. El farmacéutico debe estar por encima de eso.