Santiagode Quiroga
La recién estrenada presidencia sueca ha escogido, entre otros, la preparación de la Unión Europea ante una posible pandemia como uno de sus ejes prioritarios. Es relevante no tanto porque se insiste en estar preparado, sino porque se quiere ir más allá de la vacunación, por un lado, y la adquisición de antivirales, por otro, como estrategias de aproximación a lo que es una amenaza de primer nivel.
Por ello, es clave contar con mecanismos de información a la población, en donde es vital que un sistema sanitario, funcionando a casi un cien por cien de su capacidad, no puede ser el principal medio de información. Ahí entran en juego las farmacias, con sus más de 20.000 puntos. Éstas pueden ser clave para evitar una desinformación que perjudique al primer nivel asistencial. Cada vez más, empiezan a aparecer voces en Europa (y lo constata la PGEU, Pharmaceutical Group of the European Union, que aglutina a las farmacias europeas) que apoyan un papel aún más relevante en materia de vacunación y de prevención. La posible vacunación en farmacias sería un elemento novedoso. Una forma de colaboración entre la Administración sanitaria y sus departamentos de salud pública, que aunque no está exenta de barreras que superar, presenta oportunidades. Es tiempo de reinventar muchas cosas y de aprovechar las capacidades de nuestro sistema sanitario.