Santiago de Quiroga
La reciente Asamblea General Ordinaria del COF de Madrid ha sido un reflejo del momento que vive la farmacia. A las buenas noticias que vienen de Bruselas se le une la realidad de la crisis, el entorno competitivo de las grandes superficies, etc. El presidente del COF de Madrid desarrolló una cadena de argumentos que incluían un análisis de la integración vertical (la compra de farmacias) que algunos grandes distribuidores europeos estaban realizando en diversos países. Tuvo especial detenimiento en dos hechos. Por un lado, que había que hacer algo con todo lo que ocurría (amenazas de las grandes superficies, distribuidores europeos comprando farmacias, etc.). Pero no se desveló qué había que hacer. Por otro lado, se describió muy bien que existe una amenaza real de mayor retraso en los pagos por parte de la Comunidad de Madrid.
Del primer asunto se pasó de puntillas, esperando a que Luxemburgo hable definitivamente y dando a entender que se plantearán alternativas cuando haya una mayor certeza del entorno. Del segundo aspecto se expuso el problema, pero las soluciones se antojan complicadas. La farmacia no puede permitirse ahora una falta de financiación o el coste de la misma. No sólo le ocurre a Madrid, pero no será ése un consuelo.
El convenio que acabó en 2007 ha sido prorrogado un año y su revisión será la primera gran prueba de fuego de la Junta de Gobierno del COF de Madrid.