Santiago de Quiroga
En ocasiones parece que debemos escuchar lo que de nosotros dicen los de fuera para creerlo. Sabemos que tenemos un buen sistema sanitario, pero hacemos continuamente mención al informe de la OMS que nos sitúa entre los mejores sistemas sanitarios. Ahora le ha tocado a la OCDE y a la Comisión Europea en su informe Health at a Glance, que pone de manifiesto que España es el único país europeo en el que el gasto sanitario ha crecido más que el correspondiente a los medicamentos. El informe tiene consecuencias y se ha realizado en base a un análisis de diez años (entre 1998 y 2008). Sabemos que en los últimos diez años, entre 2000 y 2010, un total de diez medidas han incidido en el recorte de precios y márgenes del sector. Es cierto que el informe reconoce que España tiene un alto gasto en medicamentos, pero es de los países que menos invierte en sanidad respecto al PIB. Y, como ya sabemos, los medicamentos son una herramienta clave en una sanidad, que se siempre roza el cien por cien de ocupación y retrasa intervenciones quirúrgicas, gracias a que los medicamentos alivian la espera o incluso la hacen posible.
España ignora la recomendación del informe de la OCDE y la Comisión, al menos lo ha hecho hasta ahora, de revisar las aportaciones del usuario, el copago. Quizá confía todavía en reducir los precios. Quizá superemos a Grecia. Quizá.