| viernes, 09 de octubre de 2009 h |

Santiago de Quiroga

Creo que es un error la creencia que tenemos en España, como en el resto de países europeos, de que los medicamentos falsos son un problema “controlado”. La creencia viene de la imposibilidad práctica de que un medicamento falso llegue a la farmacia: la distribución farmacéutica garantiza la seguridad del canal. Pero, ¿está consumiendo la población española medicamentos falsos? La respuesta es un rotundo sí. La compra de medicamentos por Internet está disparando su consumo, y la obtención de datos fidedignos nos está dando una falsa sensación de que no existe un problema de salud pública.

La verdad es que se están consumiendo medicamentos falsos, con o sin principio activo, y no sólo para la disfunción eréctil o la obesidad, sino también hipolipemiantes y antihipertensivos, entre otros. Obviar la consulta médica o la dispensación farmacéutica es un riesgo para la salud pública que está afectando a miles de españoles. Puesto que hablamos de medicamentos —aunque se hallan fuera de la garantía y seguridad que la farmacia proporciona— deben las instituciones farmacéuticas trabajar con las administraciones sanitarias y los expertos en salud pública en este problema.

Son necesarios mayores esfuerzos que los actuales para luchar contra la venta ilegal de medicamentos falsificados por Internet, dado el incremento alarmante de su consumo y su tendencia.