Santiago de Quiroga | viernes, 25 de mayo de 2012 h |

La EPHA, ONG que asesora a la CE, se quejaba la semana pasada de los recortes sanitarios en España. Como alternativa, proponía la vía de los impuestos al alcohol y tabaco, pero con eso, las cuentas siguen sin salir. Por esa razón, las comunidades incluyen en sus planes más medidas de recortes que de ingresos (vía impuestos). Una medida que se ha popularizado es el mal llamado ‘céntimo sanitario’, que son en realidad 4,8 céntimos, y que ya lo han adoptado Cataluña, Comunidad Valenciana, Andalucía o Castilla-La Mancha. Baleares, Cantabria y Navarra lo adoptarán, y País Vasco lo ha propuesto, pendiente de que su gobierno, en minoría parlamentaria, consiga aprobarlo.

La carrera por cumplir el déficit está avanzando en un terreno que puede ser contrario a la equidad, pero que deberá potenciar el papel integrador y cohesionador del ministerio que dirige Ana Mato. Y es que la variabilidad de las medidas de ajuste, que dependen en buena parte de la creatividad y prioridades de cada autonomía, puede provocar desajustes en la asistencia sanitaria del país. ¿Quién definirá la horquilla de posibilidades que los sistemas sanitarios autonómicos deben tener? No ha sido fácil para el ministerio la urgencia de las medidas y la celeridad de su anuncio; quién hable de precipitación que observe la prima de riesgo. Pero ahora toca poner “sentido común”, como dice Montserrat Almirall.

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