| domingo, 28 de junio de 2009 h |

Santiago de Quiroga

Son ya muchas las voces que apuntan a que el Estado ejerza una coordinación más efectiva en materias que están transferidas a las autonomías. Y es en la sanidad donde las ventajas de volver a políticas comunes en beneficio de los ciudadanos son más visibles.

Fernando Lamata es una de las figuras más emblemáticas de la sanidad en España. Sus simpatías alcanzan también a aquellos que no militan en las filas socialistas, y la razón es una: le avalan sus formas, su capacidad y su credibilidad.

Por eso, las propuestas del consejero Lamata no deberían caer en saco roto. Su matización es oportuna y acalla alguna intranquilidad malintencionada: no pide la “recentralización”. Pero su propuesta ya tuvo también algún comentario de su homóloga catalana Marina Geli: si algo era más eficiente haciéndolo de otra forma “estamos dispuestos a analizarlo”. Lo afirmaba con pragmatismo. Es cierto que Fernando Lamata lanzó sus comentarios e ideas en el marco de la subcomisión por el pacto sanitario, pero a estas alturas, y tras haberlo comentado en varios foros, Lamata debería tener —si no la ha tenido ya— una respuesta de la ministra de Sanidad y Política Social.

Y no estaría de más que esta idea se incluyera en la agenda de las reuniones de los consejeros de sanidad populares que preside Ana Pastor, coordinadora de Participación Social del PP. Sería muy interesante conocer la opinión de este comité.