Santiago de Quiroga
El los últimos años venimos informando de la evolución del gasto en medicamentos como si fuera el IPC: si sube, malo; si baja, bueno. ¿Nos dice algo realmente este dato aislado? La respuesta es contundente: no. Este dato no quiere decir nada y se presta a interpretaciones sesgadas y confusas que llegan a la sociedad. En los últimos 7 años, el IPC ha crecido un 20,7%, y el precio de los medicamentos un 5,78%. En el periodo de 2003 a 2009, la evolución del número de recetas por habitante ha crecido desde 16,8 (en 2003) a 20,3 (en 2009), lo que quiere decir que ha crecido un 23%. El precio medio por receta en 2009 es el mismo que en 2006: 13,4 euros.
La realidad es que España tiene uno de los ratios de recetas por habitante más altos de Europa. Y España es el país de Europa con menos consumo por habitante de medicamentos sin receta (que no incrementan la factura pública en medicamentos). Un gasto alto en medicamentos —en términos de porcentaje del gasto sanitario total)— se explica por la menor inversión en Sanidad de España respecto a países de nuestro entorno. Y, a pesar de ello, tenemos uno de los sistemas sanitarios más completos y solidarios.
¿Cuándo se pondrán en marcha campañas y programas para concienciar a la población sobre el uso de la sanidad y los medicamentos de forma responsable? Miremos la demanda y no la oferta.