Ha dicho Alfonso Jiménez que no cree que una sociedad que no investiga pueda sobrevivir, y añadió que todos debemos estar en el mismo barco, el barco de la investigación. ¿Quiénes están en este barco? Los que apuestan y arriesgan sus recursos y su dinero para obtener medicamentos de valor añadido. Ya he escuchado a varios altos cargos en los últimos años hablar de que a la industria no le queda más remedio que investigar. Sí, pero no lo hará aquí. Y volveremos a la frase celebérrima “Que inventen otros”. ¿Qué apuesta hace el Gobierno? ¿Rebajar un 30 por ciento un precio porque entre un genérico un céntimo más barato en Estonia? El debate falso sobre si los medicamentos son más baratos en España que en el resto de Europa hay que desterrarlo. Basta con preguntar a cualquier empresa cómo se comparan sus precios con el resto. España pierde. Y los precios bajan y bajan. El valor añadido debe ser reconocido en términos de precio, un precio mayor. Pero el Estado y los que lo dirigen quieren innovación a precio de genérico. La molécula innovadora, más eficaz y con menos efectos adversos a precio de genérico. Las autonomías no clasifican como “innovación terapéutica” medicamentos nuevos que disminuyen un 20 por ciento el riesgo cardiovascular. No quieren el mejor medicamento para los pacientes, sino el más barato. En este barco, no todos reman.
Santiago de Quiroga