Santiago de Quiroga | viernes, 07 de septiembre de 2012 h |

Las elecciones son la hermana mayor de la demagogia o, por lo menos, uno de los medios habituales en los que escuchamos las barbaridades y actitudes oportunistas que nos sorprenden y avergüenzan. Andalucía, esa comunidad que no paga a sus proveedores ni cuando tiene dinero, decidió con un comunicado en agosto dejar de financiar los medicamentos que en 1998 decidió mantener. Nunca es tarde para ahorrar y utilizar los recursos de forma adecuada. Pero ahora llega muy tarde y por la puerta de atrás. Y resulta gracioso que sea una de las autonomías gobernadas por partidos que no son del PP, y que se han unido para escenificar una oposición a las “políticas regresivas en materia sanitaria”. No es que los consejeros comiencen a faltar a las reuniones que el ministerio de sanidad convoque; lo han hecho el PP y el PSOE siempre en estos años. No. ¡Se trata de declararse en contra de los recortes a la Sanidad! Declararse en contra de algo es una manera extraordinaria de hacer… ¡Nada! Se pueden declarar también en contra de la pobreza o la negligencia o de la corrupción, o incluso la misoginia. ¿Y? Lo que quieren los ciudadanos, creo yo, es una asistencia sanitaria buena, que se paguen salarios dignos a los médicos, se paguen los medicamentos a la farmacia y a la industria. Y que no se despilfarre el dinero de los españoles. ¿Están trabajando realmente en esto? Esa es la declaración que hay que hacer.

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