Santiago de Quiroga
No podía haber llegado más a tiempo. Fedifar ha sido capaz, para beneficio de toda la distribución, de reinventarse a sí misma. Con nuevos estatutos, adaptados a las demandas de unos y otros, pues era fundamental preservar la unidad y la fuerza en estos tiempos que corren.
Y es que para ser oído, y para que la distribución tenga un rumbo que evite que la tormenta la haga encallar, es clave una representación y unidad que no es fácil de conseguir en ninguna patronal o asociación. Es cierto que hay intereses individuales y legítimos: cooperativa o empresa; grande o mediano, mediano o pequeño, integrado o independiente; rentable o no; ubicación geográfica de uno u otro lugar. Todo lo que diferencia a Fedifar es también lo que la une: la diversidad.
No le falta razón a Antonio Mingorance cuando afirma en EG que ve incomprensible que haya aún laboratorios que se nieguen a suministrar a determinadas distribuidoras. Es necesario clarificar el suministro. Por ello es clave el RD de Distribución, y Fedifar debe estar en disposición de conseguir lo mejor para sus asociados.
No es menor en importancia la propuesta de una Dirección General de Fedifar que tenga iniciativa y capacidad de ejecución. Quizás siguiendo un modelo que funciona eficazmente como el de Farmaindustria. Ahora, falta encontrar el alter ego de Humberto Arnés, directivo, con experiencia y capacidad.