Santiago de Quiroga | viernes, 24 de febrero de 2012 h |

La primera subcomisión que tenía como objetivo un posible pacto se cerró tras 18 meses de trabajo y con posturas irreconciliables en materia de financiación de la Sanidad y de la visión del papel de la Sanidad pública y privada. Pero habrá una segunda oportunidad en la era del pacto de Ana Mato, en la que los partidos de izquierda y el PNV han hecho frente común y se arrogan una defensa de la Sanidad pública que nadie ataca. Por ello, dudo que se ponga en peligro la Sanidad pública, cuando se trata de aprovechar las fortalezas de la Sanidad privada, cuyo fin es preservar una asistencia sanitaria de calidad a un precio razonable: mejorar la productividad, donde la sanidad privada es un 20 por ciento más eficiente que la sanidad pública.

La diferencia no está en los profesionales, sino en todas las ineficiencias que el propio sistema público tiene. Josep Antoni Durán i Lleida, portavoz de CiU en el Congreso, pidió primero ver los recursos con los que se cuenta, antes de ponerse a hablar de una cartera básica de servicios. ¡Dicho y hecho! Si hay oídos en el parlamento son los de la ministra de Sanidad, aunque a Gaspar Llamazares no parece escucharle nadie cuando dice que “no entiende propugnar un pacto y tomar medidas que lo nieguen…”. Ya lo dijo Séneca: “Si uno no sabe a qué pacto se dirige, ningún pacto le será favorable”. Aunque él habló de vientos y puertos.

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