| viernes, 29 de abril de 2011 h |

Santiago de Quiroga

Que todos coinciden en que el diálogo y las buenas formas son alguna de sus habilidades políticas, no resta valor a sus capacidades. Es posible que al consejero de sanidad de la Comunidad Valenciana, Manuel Cervera, le haya tocado bailar “con la más fea”. La crisis más fea de nuestra historia reciente. Y si nos centramos en la sanidad, es la más fea de la democracia. Pero muy conocedor de las dificultades, Cervera dio la cara una vez más explicando (en Business TV) el entorno sanitario y contestando a las preguntas y comentarios de Julio Zarco (Semergen), Alejandro Toledo (AGP/Alcer), Jaime Carbonell (COF de Alicante) y Antonio Abril (Hefame). No eludió delante de las cámaras ninguna de las preguntas. Habló de sostenibilidad, del modelo público-privado, de los proyectos sanitarios de esta legislatura que acaba, del papel de la farmacia y la distribución, de la retribución profesional de los médicos, del modelo de Atención Primaria o del nuevo Hospital La Fe de Valencia.

Recibió la semana pasada dos premios, el Humanismo y Medicina, de Semergen, y otro en su tierra natal. Asume con realismo el entorno financiero y rechaza que solamente “con pasión y una idea básica” cualquiera pueda ser presidente de España (como afirmó José Luis Rodríguez Zapatero). Ser consejero de sanidad es una responsabilidad que exige más que una idea básica.