| viernes, 23 de octubre de 2009 h |

Cristina Garmendia. Se dice que ha estado haciendo lobby para recabar apoyos parlamentarios que permitan a Ciencia disponer de un presupuesto más holgado en 2010. Y ella misma se ha mostrado convencida en algún foro de que existe unanimidad en los grupos parlamentarios para conseguir que el tijeretazo a su ministerio sea menos gravoso. Tiene varias cosas para conseguirlo. Para empezar, sus cualidades comunicativas. Además, toda la comunidad científica está de su lado, como demuestra el aluvión de firmas que rubrican los manifiestos desde que se conocieron los presupuestos. Más allá, le acompaña la más absoluta razón: a diferencia de las inversiones en otros campos, como la construcción, una sociedad basada en el conocimiento necesita, ante todo, una inversión sostenida en el tiempo.