El SCS se marca como objetivo un cambio en el perfil prescriptor en Primaria
Los hospitales homogeneizarán sus ‘decisiones’ antes de incluir nuevos fármacos
carlos b. rodríguez
Madrid
Australia, Canadá, Estados Unidos, Finlandia, Nueva Zelanda e Italia. Son muy pocos los países que registran sus medicamentos en base a su coste-efectividad. España y Francia tienen los fármacos más baratos de la UE, pero van a la cabeza del gasto per cápita. Empieza a cuajar en las administraciones que la explicación a esta situación ha de buscarse en el número de recetas y envases consumidos. Cantabria la ha encontrado. En la región, 30 médicos de primaria, el 5,4 por ciento del total, generan como media el 11 por ciento del gasto mensual. A ellos se dirigen buena parte de las líneas estratégicas para contener el incremento de la factura.
Para empezar, desde principios de año el Servicio Cántabro de Salud (SCS) publica en su web los listados de los 30 médicos y 30 medicamentos de mayor gasto y el gasto por PVP de los fármacos. El perfil cuatrimestral (ver tabla) indica que el mayor gasto se da en las recetas de entre 20 y 100 euros, si bien el número de las mismas crece progresivamente hacia perfiles más baratos.
El fomento de los genéricos es, de hecho, uno de los objetivos básicos del SCS, que mensualmente informa a sus médicos sobre su gasto por habitante y le compara con la media regional, de su gerencia y de su centro de salud. Además, le transmite el “gasto evitable” al que hubiese dado lugar si, en lugar de prescribir por marca, hubiera prescrito por principio activo. Este recordatorio se refuerza gracias a un programa informático que traduce a principio activo lo que el médico teclea como nombre comercial. No impide prescribir la marca, “pero prioriza la prescripción por principio activo”, dice el SCS.
Las líneas estratégicas para la contención del gasto se completan con una alerta automática de interacciones farmacológicas, al tiempo que se realiza la prescripción y el suministro directo de productos de nutrición enteral, cuya salida al mercado no está tan regulada de momento como la de los medicamentos. En una primera etapa, Cantabria propone el suministro directo a los pacientes que se encuentren institucionalizados en dependencias públicas o privadas y tengan tarjeta sanitaria del SCS. Quedaría para una fase posterior la atención domiciliaria.
Nuevos medicamentos
Pese a que explica buena parte del gasto, el número de recetas no es la única respuesta. En un momento en el que los precios de los medicamentos ya comercializados no experimentan crecimientos, más bien todo lo contrario, la mirada se fija ahora en el coste de los nuevos fármacos puestos en el mercado. “Aparecen con un precio muy superior al medicamento similar, anteriormente comercializado, con unas supuestas ventajas terapéuticas que únicamente se cumplen en un bajo porcentaje de casos. Son escasas las ocasiones en que se comercializa un medicamento verdaderamente innovador”, dice el documento del SCS.
Esta afirmación se ha visto plasmada en una serie de medidas en farmacia hospitalaria. La más importante pasa por “redefinir y potenciar” la Comisión de Farmacia y Terapéutica (CFT), algo que ya han hecho otras autonomías, como Andalucía. Según esta filosofía, todas las solicitudes de nueva inclusión de medicamentos para las guías o formularios del centro deben realizarse previa aportación de documentación de la máxima evidencia científica.
Esta documentación debe ser estudiada con la suficiente antelación por los miembros de la Comisión y contrastada con otras publicaciones, para presentar un informe a la dirección del centro que facilite la toma de decisiones. “Parece razonable intentar homogeneizar las comisiones de los tres hospitales, al menos, en aquellas líneas que puedan tener un elevado paralelismo”, señalan desde el SCS.
Otra gran apuesta del SCS es el uso de las nuevas tecnologías aplicadas a la sanidad, con la implantación de la prescripción electrónica asistida intra-hospital, por un lado, y en las consultas externas y urgencias del hospital, por otro. La primera generaliza el intercambio de información dentro del hospital entre médicos y farmacéuticos. La segunda facilita la prescripción a través de principio activo y reduce la inducción de prescripción por marca en Atención Primaria.
Otras medidas a implementar en el ámbito de la atención especializada pasan por la dispensación a pacientes ambulatorios, la gestión de compras en la adquisición de medicamentos, la elaboración de fármacos en el servicio de Farmacia del hospital y la gestión del inventario de medicamentos.