a.r/a.c.
Tenerife
El texto del nuevo decreto de la Consejería de Sanidad de Canarias sobre “Horarios, turnos de guardia y vacaciones de las oficinas de farmacia”, señala que “con carácter excepcional, se autorizará el desarrollo de guardias localizadas en aquellos casos en que las farmacias, por su localización, deban soportar excesivos turnos de guardia, cuando la afluencia al servicio sea de escasa incidencia o cuando la atención a las urgencias sanitarias se realice de forma localizada”. En estos casos, “el farmacéutico deberá presentarse en la oficina de farmacia en un plazo no superior a 15 minutos a partir del aviso reclamando su presencia”.
El decreto ya ha sido aprobado por el Gobierno autonómico y, a la espera de su publicación en el Boletín Oficial de Canarias, su entrada en vigor es inmediata. Un texto en el que, como se puede comprobar, el articulado hace varios guiños a sus profesionales rurales, con vistas a mejorar sus condiciones laborales, especialmente en la lacra que para muchos de ellos suponen las guardias que deben afrontar.
Las iniciativas por hacer más “humanos” los turnos de guardia en los pequeños municipios canarios no acaban aquí. A este respecto, según lo estipulado en la nueva norma, también se permite en aquellos municipios constituidos por más de una zona farmacéutica “que los turnos de guardia puedan organizarse en base a propios acuerdos particulares entre los profesionales de esa misma zona”. Esto quiere decir que tendrán potestad para acordar qué días debe cumplir cada uno de ellos con las respectivas guardias que la Administración ha fijado en el área que les engloba.
Homogenizar criterios
Con estas condiciones, la farmacia canaria se pone al día respecto a lo que acontece en buena parte del territorio nacional. Y es que las pautas marcadas en este decreto ya están presentes, entre otras, en autonomías como Madrid, Andalucía o Castilla-La Mancha, región ésta en la que se negocia actualmente un nuevo decreto de horarios y guardias, pero que mantendrá, a priori, estas excepciones para la farmacia rural.
Los que trabajan con estas medidas avisan. Así, Isabel Enríquez, vocal de rurales del COF de Madrid, indicó que era “una alternativa aplaudible, que otorga más libertad al farmacéutico, pero no tiene efectos sobre la rentabilidad, que es nuestro principal caballo de batalla”. Por su parte, su homólogo del COF de Ciudad Real, Antonio Galán, también valoró positivamente “toda medida que no obligue al titular a permanecer horas y horas en su farmacia” en la más absoluta soledad”.