Redacción Málaga | viernes, 07 de diciembre de 2012 h |

Los recortes y crisis económica que sufre la farmacia nacional provocan un constante crecimiento de farmacias en situación de viabilidad económica comprometida (VEC). Aunque los reales decretos-ley 9/2011 y 19/2012 establecían ayudas para los establecimientos que se encuentren en esta situación, los colegios farmacéuticos están denunciando la lentitud en la puesta en marcha de las mismas, además de recordar que “son insuficientes” para relanzar por sí mismas la rentabilidad de estos establecimientos. ¿La consecuencia? Continúa el goteo incesante de farmacias nacionales que entran en concursos de acreedores y que, en algunos casos, concluyen en ceses definitivos de la actividad.

En lo referente a cierres, las administraciones regionales se están viendo obligadas a tirar de imaginación para evitarlos, o, si ya se han confirmado, buscar alternativas para que la zona sanitaria en la que se hayan producido no se pierda accesibilidad a los servicios farmacéuticos. En ambas situaciones, el objetivo final es evitar una reducción del mapa farmacéutico.

Botiquines

Las poblaciones rurales son las más afectadas por cierres definitivos de farmacias que, en muchos de los casos, se trataban del único establecimiento sanitario existente en la localidad. En estas situaciones, la solución por la que apuestan las consejerías para mantener el servicio farmacéutico es permitir que dicho local sea gestionado por algún farmacéutico de la misma zona sanitaria, dando lugar a un botiquín, sujeto a unos horarios de apertura más flexibles que, por regla general, coinciden con los horarios del servicio médico de la localidad.

La consejería de Salud de Andalucía ha sido la última en confirmar que, en adelante, cualquier cierre de una farmacia en un municipio rural andaluz será solventado con la instalación de un botiquín farmacéutico.

En este sentido, la localidad malagueña de Atajate (176 habitantes) será la primera en beneficiarse de esta decisión, tras confirmarse la semana pasada el cierre de su única oficina de farmacia, que será convertida en botiquín y cuya gestión será asumida por la botica de la localidad vecina de Jimera de Líbar (435 habitantes). Otros seis pueblos de esta provincia podrían enfrentarse próximamente a esta situación, ya que sus farmacias han entrado en concurso de acreedores, según ha informado el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Málaga.

Adelantarse al problema

Otras comunidades autónomas están intentando adelantarse a estos problemas y evitar, de este modo, que los farmacéuticos se vean obligados a echar el cierre a sus negocios.

Aragón ha dado uno de los pasos más novedosos en este aspecto, al anunciar que está estudiando la posibilidad de permitir una reubicación en otras zonas sanitarias de aquellas farmacias que sufren importantes problemas de rentabilidad, bien por su ubicación en barrios que han visto mermar la cifra de residentes o por la sobresaturación de establecimientos en su área de influencia.

Hasta hace unos años, era habitual que, ante el anuncio de cierre de una farmacia (fuese cual fuese la razón), surgiese el interés de otros profesionales de acceder a ese establecimiento por la vía del traspaso. Ahora, la incertidumbre que rodea al sector está provocando que, sobre todo en aquellas ubicadas en municipios rurales, no haya nuevos candidatos que se atrevan a dar el paso y acceder a su titularidad, lo que obliga a las consejerías a buscar estas alternativas.