J. C. R.
Madrid
El compromiso que la farmacéutica Boehringer Ingelheim mantiene con las distintas asociaciones de pacientes se va a ver fortalecido por dos hechos importantes: nuevas áreas de relación y la incorporación de la compañía a la Alianza General de Pacientes (AGP). En este sentido, Boehringer Ingelheim está ampliando sus contactos hacia nuevas áreas como la diabetes y la oncología. Además, la farmacéutica mantiene vínculos de unión y cooperación con asociaciones de párkinson, EPOC, ictus o depresión entre otras, unas relaciones que se han enmarcado según su responsable de comunicación, Santiago Culí, en tareas de formación, asesoramiento y divulgación sobre las enfermedades.
Por otro lado, Boerinhger se ha unido recientemente a la AGP, y valora muy positivamente sus objetivos, destacando la lucha por una mayor equidad para las asociaciones de pacientes dentro del sistema sanitario. En este sentido, Culí está convencido de que la relación de las organizaciones de pacientes con la Administración varía mucho dependiendo de la autonomía en la que nos fijemos.
Otra cuestión importante viene referida a la representatividad que los pacientes tienen dentro del Sistema Nacional de Salud. En este punto, desde Boehringer opinan que es hora de que los pacientes pasen a desempeñar un papel activo y Culí explica que además de mejorar la representatividad habría que “ir más allá e integrar al paciente en la toma de decisiones” debido al papel central que tiene en el sistema nacional de salud.
Sin embargo, Culí considera que la propia naturaleza diversa de las asociaciones puede ser un obstáculo para esto ya que dificulta el hecho de que puedan llegar a tener “voz propia dentro del panorama sanitario”. Un obstáculo que se añade a otro más grave, como es “la falta de seriedad de muchas asociaciones”. Por ello, Culí afirma que los sellos de calidad, como los que ostentan las asociaciones incluidas en la AGP, servirán para acreditar que las distintas organizaciones “cumplen con los criterios de calidad”, facilitando las relaciones entre la industria y estos colectivos.
En este sentido, Culí estima que el Código Tipo de Interrelación con las asociaciones de pacientes está “siendo útil”, ya que las relaciones entre las compañías y las organizaciones de pacientes eran ya habituales y era necesario contar con un documento, común para todos, que proteja, entre otras cuestiones, los datos que obran en manos de las compañías.