Las cremas de corticoides de baja potencia también son imprescindibles en el botiquín estival
| 2010-07-23T15:58:00+02:00 h |

i. fernández/ r. bueno

Madrid

Verano, viajes, comidas, altas temperaturas… El cóctel de las esperadas vacaciones trae consigo, en ocasiones, complicaciones que pueden solucionarse, en la mayoría de los casos, con productos de autocuidado de la salud. Pero ¿cuáles son los OTC más demandados en verano y que no pueden faltar en el botiquín de los hogares en periodo estival? Según los profesionales sanitarios y farmacéuticos consultados por MP, los antiácidos, los antihistamínicos y las cremas de corticoides de baja potencia son los ‘sin receta’ que más se reclaman en esta época.

Y es que, entre las patologías más frecuentes en verano se encuentran las asociadas a trastornos gastrointestinales, a quemaduras solares y a picaduras de insectos o distintos animales, tal y como explicó Teodomiro Hidalgo, vocal nacional de Oficina de Farmacia del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos. Asimismo, la pesadez de estómago por comilonas o la ingesta de alcohol es muy corriente. Por eso, “un antiácido como la ranitidina, el almagato o magaldrato, es lo más recomendable, o bien sales de frutas”, precisa Enrique Peña, del Grupo de Trabajo de Gestión del Medicamento y del Paciente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen).

Aunque no hay que olvidar que dentro de estos trastornos también se encuentra la alteración del ritmo intestinal. “La loperamida para los cuadros diarréicos siempre es interesante, teniendo en cuenta que la diarrea del viajero no suele durar más de dos días y, en caso de que dure más, se debe a un agente infeccioso seguramente y tendrá que consultarse al médico”, indicó Juan de Dios González, presidente de la Sociedad Murciana de Médicos de Familia y Comunitaria.

Eso sí, tal y como precisó el médico de Semergen, el estreñimiento también es usual, y para prevenirlo hay que realizar una hidratación adecuada (al menos dos litros de agua al día), y seguir una dieta lo más equilibrada posible y rica en fibra. En este sentido, también son importantes las soluciones para mantener el equilibrio de electrolitos, “que son casi imprescindibles para la deshidratación”, afirmó Hidalgo.

En cuanto a los mareos provocados por desplazamientos prolongados en cualquier medio de transporte, se recomienda recurrir en este caso a los anticinéticos a base de dimenhidrinato. Este fármaco está disponible en versiones asociados o no a la cafeína y en forma de píldora o chicle.

Las picaduras de insectos son otro de los problemas más repetidos cuando llega la temporada alta de los aficionados al camping. Para combatirlas será necesario contar con varios recursos. “Desde una serie de cremas con antihistamínicos para minimizar los efectos de la picadura, hasta los dispositivos para reducir el dolor, normalmente a base de amoniaco”, explicó Hidalgo, que destacó, además, la importancia de la prevención a base de lociones.

No hay que olvidar en un buen botiquín veraniego la fotoprotección a través de cremas que combinan la protección UVA con IRA con un factor mínimo recomendado de 15. La crema hidratante postsolar o aftersun es también un buen recurso para mantener la piel en perfectas condiciones, sin dejar de contar con un antiséptico tópico que pueda servirnos en el caso de que se produzcan heridas o ampollas.

Especial atención debe prestarse a algunos diuréticos sin receta que pueden disminuir la resistencia del paciente al golpe de calor. Además, en caso de fiebre, hay que evitar el uso de paracetamol debido a su ineficacia para tratar la insolación, tal y como recomienda el Ministerio de Sanidad.

Las condiciones de conservación de algunos medicamentos requieren especial atención cuando las temperaturas son más altas de lo habitual. Algunas formas farmacéuticas como los supositorios, los óvulos o algunas cremas son bastante sensibles a elevaciones de temperatura. En este caso, no es el principio activo el que es sensible al calor, sino la forma farmacéutica.

Resulta relativamente fácil juzgar el mantenimiento de la calidad de estos medicamentos después de la exposición al calor porque el aspecto del producto al abrirlo (normal y regular, supositorio no derretido…) es el que indicará la estabilidad de estos fármacos. Todo producto cuya apariencia exterior hubiera sido visiblemente modificada no debería ser consumido, en la medida en la que esta alteración podría ser un indicador de una modificación de las propiedades de la forma farmacéutica. Por otra parte, también es importante realizar una revisión previa del botiquín para evitar los fármacos caducados y mantener siempre todos los medicamentos fuera del alcance de los niños.

Cuidado con el calor