Carlos Arganda Madrid | viernes, 25 de mayo de 2012 h |

No ha tenido un aterrizaje fácil el nuevo director general de Merck en nuestro país, Rogelio Ambrosi. En menos de diez días desde su llegada a España, el pasado 9 de abril procedente de México, tuvo que anunciar a los trabajadores de la compañía la necesidad de poner en marcha un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) y, además, echar mano de la calculadora para revisar el impacto del Real Decreto-ley 16/2012 en las cuentas de su compañía.

No obstante, a pesar de todas las dificultades, Ambrosi ha explicitado el compromiso de la compañía con nuestro país. De este modo, en un encuentro con los medios ha asegurado que “al menos en el corto y medio plazo no hay riesgo de que las plantas de Merck salgan de España”. Es más, para el caso de la planta biotecnológica de Tres Cantos, por su carácter estratégico, tiene “certeza también a largo plazo” de mantenerse.

Son buenos tiempos, por tanto para la presencia industrial de la compañía alemana en nuestro país, que además, en los últimos tiempos, ha visto como la producción de su planta de Barcelona está incrementándose ya que absorbe la de una planta de México que será cerrada. No obstante, Ambrosi mantiene los pies en el suelo y recuerda que la competencia de la planta de Barcelona no es la de Madrid sino “las de China y otros países con costes muy competitivos”. Por ese motivo, llama a hacer las cosas de manera más eficiente.

Por este motivo, el nuevo director general de la compañía ha anunciado la creación de un comité cuya única función será pensar en cómo mejorar y cambiar las cosas para adaptarse a la situación actual. “No vamos a tirar la toalla” con ningún producto, explica. Y es que, según él “siempre se va a poder hacer negocio”, solo hay que adaptarse a la situación.

En cualquier caso, se muestra optimista por el futuro de la compañía, especialmente por los “importantes” productos en cartera del área oncológica que serán lanzados a partir de 2014, por lo que esperan crecimientos significativos en todo el mundo a partir de esa fecha. Unos productos que “no solo tienen que funcionar” sino que deben llegar al mercado “sólidamente probados en el ámbito de la farmacoeconomía”, explica, con el objetivo de acelerar su llegada a los pacientes.

Lo que sí reclama el dirigente de la compañía es “certeza” para las compañías y que “las reglas sean duraderas”. Según él no es bueno que en los últimos seis años haya habido más medidas de control que en los anteriores doce. Una situación que se complica si además hay que hacer frente a los problemas de impagos.

Cobro de la deuda

Precisamente, sobre la deuda atrasada, que no quiso hacer pública, Ambrosi se mostró convencido de que empezarán a cobrarla entre agosto y septiembre, aunque según él será “complicado” que se mantenga limpia en un futuro.

Lo que sí les aliviará será poder dejar de pedir dinero todos los meses a su casa matriz alemana para poder pagar los gastos de funcionamiento y las nóminas de la filial. Por este motivo, si se cobran las facturas atrasadas, podrían sentarse a “negociar” de cara a renunciar al pago de los intereses de demora.

En relación con el ERE que la compañía está ejecutando y que afectará finalmente a un 20 por ciento de la masa laboral, el nuevo director general de Merck ha hecho autocrítica en cuanto a sus causas. “Ha habido algunos fracasos en el desarrollo de productos” que obligan a la compañía a reestructurarse porque estaba pensada para asumir la llegada de estos nuevos fármacos. Eso sí, según él, también tienen parte de culpa los planes de recorte se han acelerado por todas las medidas de control del gasto público que se han puesto en marcha desde hace dos años.

Respecto a la aplicación del ERE, Ambrosi ha anunciado el acuerdo con los sindicatos, según el cual la compañía respetará las condiciones previas a la última reforma laboral en las indemnizaciones que abonará a los trabajadores que resulten afectados por el ERE, y que alcanzará el 20 por ciento de la plantilla. No obstante, durante el proceso de negociación el número final de despidos se ha recortado en 47 posiciones sobre la propuesta inicial. Estos trabajadores formarán parte de unos proyectos piloto que se desarrollarán durante los próximos seis a doce meses y que buscarán retener las ventas de algunos productos maduros afectados por la competencia de los genéricos dentro del ámbito de su área de Medicina Clínica, que factura entorno al 25 por ciento del total de la compañía.

Respecto a los plazos con los que tendrá lugar la salida del personal, Ambrosi ha estimado que se completará en 2013, aunque tendrá una primera fase que se desarrollará entre junio y julio que supondrá la el despido de casi el 80 por ciento del total de personal afectado. Eso sí, se creará una bolsa de empleo para que, en caso de nuevas incorporaciones, el personal que salga, tendría prioridad para ser recontratado en un futuro.