1.- ¿El RDL 9/2011 ha quitado poder al médico para dárselo al farmacéutico? 2- ¿Se ha trasladado el poder de decisión a la farmacia? 3- ¿Se puede hablar con la nueva normativa de una especie de prescripción farmacéutica? 4- ¿Es necesario que el médico indique la presentación del fármaco concreta? 5- Al dar mayor libertad de elección al boticario en la dispensación, ¿se mejora o empeora la adherencia?
Julio Zarco, presidente de Semergen
1- No tenemos que hablar de poder, sino de que quizá en la capacidad y la libertad de prescripción del médico el RDL sí ha supuesto una merma importante de cara a la libertad de prescripción y, lógicamente, a la libertad del ejercicio profesional, que se ha visto reducida.
2- El farmacéutico, desde el punto de vista de la atención, es un aliado para nosotros y tiene que asumir la atención farmacéutica desde un punto de vista profesional, no mercantil. La capacidad y el conocimiento de cara a la prescripción corresponden al médico. No hay que preocuparse tanto del papel del farmacéutico o la enfermería, sino del papel del médico, que debe reivindicar su capacidad en la prescripción.
3- Abre una nueva vía, pero preferimos hablar de atención farmacéutica más que de prescripción. El decreto puede abrir vías colaterales que probablemente no sean deseables. Hay que reivindicar el papel de la atención farmacéutica, y no de la prescripción farmacéutica.
4- El médico tiene que tener la capacidad de prescribir todo aquello que la evidencia científica y la ética le exija. No entra en juego de marcas, genéricos o PPA. Con este RDL todo esto se pone en tela de juicio.
5- Si contemplamos que el farmacéutico es un profesional sanitario que debe hacer atención farmacéutica, es un aliado para el médico. En la adherencia terapéutica tiene un papel importantísimo, igual que lo tiene el médico y la enfermera, ni más ni menos. Hay que redefinir el papel que cada uno tenemos en el eslabón del medicamento.
Teodomiro Hidalgo, vocal nacional de Oficina de Farmacia del CGCOF
1- En estos momentos, la palabra es incertidumbre, depende de cómo se aplique. Al final, el médico seguirá siendo el profesional que decida el medicamento que toma el paciente. Otra cosa es que lo decida en base a una prescripción DOE o a una prescripción por marca. Pero el decisor del tratamiento del paciente sigue siendo el médico.
2- También depende de cómo sea la aplicación práctica del RDL, del porcentaje que haya de prescripciones DOE. El farmacéutico lo que va a hacer es elegir, dentro de lo que le ha prescrito el médico, el genérico o la marca que cubre esa necesidad terapéutica.
3- No, la prescripción sigue siendo médica. Lo que el farmacéutico hace, en caso de prescripción DOE, es simplemente elegir dentro de ese medicamento que le ha recetado el médico cuál es la presentación concreta que recibe el paciente. No es prescripción farmacéutica.
4- En este caso, la capacidad de elección debe tenerla el farmacéutico. Siempre respetando la prescripción del médico, respetando el principio activo, la duración del tratamiento y, por supuesto, la dosis.
5- Creo que el farmacéutico debe intentar respetar, en la medida de lo posible, la última dispensación. Hay que minimizar los cambios de presentaciones de los medicamentos que consumen los pacientes crónicos, ante la imposibilidad de conseguir una bioapariencia de los genéricos por molécula. Lo que no se puede producir es un baile de marcas del mismo medicamento para el mismo paciente.