La pandemia de la COVID-19 ha reafirmado la importancia de la vacunación entre la población, no sólo para esta enfermedad sino también para otras de carácter infeccioso como la gripe. Una realidad donde la cobertura vacunal es clave. Que la crisis sanitaria provocada por el virus SARS-CoV-2 ha afectado a nuestras vidas en todos los sentidos es innegable. Su impacto ha obligado al ser humano a reinventarse para hacer frente a una pandemia desde el ámbito social, político, laboral, familiar y, sobre todo, sanitario. En España, como en el resto del mundo, el Sistema Nacional de Salud se ha visto forzado hasta límites nunca vistos y ello ha puesto sobre la mesa temas de interés global como la vacunación y la inmunización de la población.
Una vez autorizadas las vacunas contra la COVID-19, el sistema sanitario tuvo que recurrir a los llamados vacunódromos para poder garantizar la mayor cobertura y en el menor tiempo posible de la vacunación a toda la población. Ante esta realidad, el colectivo farmacéutico ofreció su ayuda para agilizar y facilitar la vacunación en todo el país. “Si se tiene en cuenta que en España hay más de 22.000 farmacias, con la mitad de ellas se habría podido realizar una cobertura vacunal con garantías”, asegura Francisco Albanell, vocal del Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia (MICOF).
“Los beneficiados no solo serían los ciudadanos por cercanía y comodidad, sino también el propio sistema, al descongestionar los centros de salud, con el consecuente ahorro económico”
Francisco Albanell, vocal del Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia (MICOF)
A pesar del ofrecimiento, las autoridades sanitarias decidieron no contar con la red de farmacias. “Es una pena porque habría sido un punto de partida importante a la hora de administrar vacunas, no solo de la COVID-19, sino también de otras enfermedades infecciosas como la gripe y la neumonía, o incluso en el caso de la meningitis o el herpes zóster en adultos”. De hecho, en los últimos años en varios países desarrollados se ha contado con la participación de las farmacias para aumentar los índices de vacunación entre la población, integrándolas en los programas de vacunación frente a la gripe estacional, “lo que ha permitido que en todos estos países se hayan incrementado las tasas de vacunación”. Ejemplos como Francia, Portugal, Reino Unido, Australia, Irlanda, Canadá, Dinamarca, Suiza, Filipinas, Argentina, Sudáfrica, Puerto Rico, Estados Unidos y Nueva Zelanda.
En el caso de España sería necesario modificar la ley para vacunar en las boticas. “Si se hiciera realidad, los beneficiados no solo serían los ciudadanos por cercanía y comodidad, sino también el propio sistema, al descongestionar los centros de salud, con el consecuente ahorro a nivel económico que supondría”, explica el vocal del MICOF. Además, recalca que la cobertura de vacunación antigripal en España “no solo está muy alejada del objetivo de la OMS o la Unión Europea y de las coberturas de otros países de nuestro entorno como Reino Unido, Alemania o Francia, sino que en los últimos tres lustros han sido las más bajas exceptuando los años de pandemia”.
La importancia de la vacunación
Un amplio informe presentado al gobierno autonómico valenciano por la institución colegial incide en las diferentes ventajas, entre ellas el aumento de la cobertura de vacunación. “En Francia comenzaron a vacunar en farmacias a través de un programa piloto en municipios concretos. Tras los buenos resultados, la medida se amplió a todo el país. Este es solo uno de los muchos ejemplos que existen, pero que bien podría aplicarse también aquí”, explica el también farmacéutico comunitario en el municipio de Cullera. “En este sentido, es indudable que los pacientes saldrían ganando por la comodidad y el ahorro de tiempo que supone acudir a la farmacia en lugar de a un centro de salud o, en el caso de la pandemia, al vacunódromo asignado”, razona Albanell. Además, destaca que al vacunar en farmacias “en ningún momento se perdería la trazabilidad de esas vacunas ni la cadena de frío, aspectos que siempre conviene tener en cuenta, sobre todo para las vacunas de meningococo y neumonía”.
“Es la mejor medida de prevención para enfermedades infecciosas, incluso la vacunación puede ser la puerta a la erradicación de ciertas enfermedades”
Francisco Albanell, vocal del Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia (MICOF)
La pandemia ha dejado patente que la vacunación ha sido clave para poner punto final a una crisis sanitaria mundial. “Sin duda es la mejor medida de prevención para enfermedades infecciosas, incluso la vacunación puede ser la puerta a la erradicación de ciertas enfermedades”, explica Albanell. En este sentido, el vocal del MICOF también pone el foco en enfermedades como la gripe y la neumonía, así como en la meningitis y el herpes zóster en adultos. “Son enfermedades que conviene vigilar y controlar por la posibilidad de contagio y no hay mejor opción para ello que la vacunación”, señala. En el caso de la gripe, por ejemplo, Albanell señala que el riesgo de contagio puede reducirse “hasta un 90 por ciento” con la vacunación y añade que en “personas mayores de 65 años y personas con enfermedades crónicas es efectiva en la prevención de complicaciones derivadas de la gripe, pudiéndose evitar de un 50 a un 60 por ciento de hospitalizaciones y el 80 por ciento de fallecimientos derivados de estas complicaciones”.