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El abordaje de síntomas menores desde la farmacia se ha consolidado como una estrategia clave para aliviar de manera eficaz a los pacientes sin la necesidad inmediata de consulta médica. Los farmacéuticos desempeñan un papel fundamental en la orientación y recomendación de tratamientos para afecciones comunes como resfriados, dolores leves o trastornos digestivos. De hecho, su capacidad para identificar síntomas, proporcionar consejos sobre medicamentos de venta libre y prevenir el uso inapropiado de fármacos contribuye significativamente a la optimización del sistema sanitario. Además, su intervención oportuna ayuda a reducir la presión sobre los servicios de atención primaria, mejorando la eficiencia del sistema sanitario en su conjunto.

Todo ello se abordó en el marco de la I Jornada Iberoamericana Socfic de Atención en Síntomas Menores. Con el objetivo de indagar en ello, Jesús Carlos Gómez Martínez, presidente de la Sociedad Científico Profesional de Farmacia Iberoamericana Comunitaria (SOCFIC), profundiza para EG en algunas de las conclusiones más destacadas de la jornada. En este sentido, menciona la importancia de la indicación farmacéutica en la resolución de problemas de salud de la población, la necesidad de trabajar de forma protocolizada y consensuada con los médicos en especial de atención primaria o la falta de medios que permita una mejor coordinación entre la medicina de familia y farmacia comunitaria.

Los objetivos principales de este encuentro profesional radican en conocer la situación de la indicación farmacéutica en Iberoamérica y establecer protocolos básicos de intervención en diferentes problemas de salud basados en la evidencia científica. A ello, se unen concienciar a los farmacéuticos iberoamericanos de la importancia de aplicar la indicación farmacéutica, dar a conocer el curso de atención farmacéutica en síntomas menores y establecer estrategias para el desarrollo de la indicación farmacéutica en Iberoamérica.

Innovaciones y tendencias que impactarán en la práctica diaria

En lo que respecta a qué innovaciones o tendencias identificadas en la jornada considera que tendrán un impacto directo en la práctica diaria de los farmacéuticos comunitarios, resalta protocolos comunes de intervención y formación básica al alcance de todos los farmacéuticos iberoamericanos. Asimismo, destaca los modelos de registro de la intervención farmacéutica, en general, y en indicación farmacéutica, en particular, y el reconocimiento de determinados servicios profesionales en la farmacia dentro de la cartera de servicios.

Profundizando en el papel que desempeñan en la actualidad los farmacéuticos en la atención de síntomas menores, el presidente de SOCFIC señala que su rol es “fundamental”. “En diferentes estudios queda demostrado que se resuelven al menos de forma tan eficaz en la farmacia comunitaria como en la atención primaria, pero permitiendo ahorrar de forma importante recursos económicos”, alega. En concreto, destaca que los síntomas en los que tienen mayor capacidad de actuación son los de sistema respiratorio, digestivos, dolor, insomnio, estrés o problemas dermatológicos.

Garantizar que los tratamientos para síntomas menores recomendados en farmacia comunitaria sean seguros, efectivos y coherentes con las necesidades del paciente es clave. Así, Gómez afirma que se esfuerzan por conocer los síntomas del paciente y su medicación crónica. “Descartando alergias que pudiera tener o enfermedades podremos indicar el tratamiento más adecuado que tenga la evidencia científica que asegure la eficacia y seguridad”, asegura. “Para ello, habrá que efectuar un buen seguimiento de la evolución y resultado de la intervención”, añade.

Disparidad en su abordaje desde los diferentes países

A día de hoy, existen diferencias latentes en la forma de abordar los síntomas menores entre los distintos países iberoamericanos. “Depende mucho del país de su modelo de farmacia y cultura de la población hacia el medicamento”, asevera. Asimismo, recalca que “también es importante la propiedad de la farmacia sea individual o de cadenas y de la orientación que esta quiera darle a la atención farmacéutica”. A su vez, recuerda que “es muy importante el hecho de que haya o no farmacéutico como responsable de la farmacia y que además se dedique a tareas asistenciales y no sólo de gestión”.

Además, también se observan disparidades en el territorio nacional. De hecho, Gómez hace hincapié en que “esta es la causa de poner en marcha protocolos comunes consensuados en un mínimo común denominador, luego su implantación y desarrollo dependerá de la farmacia de cada país”. En este sentido, informa de que en España, en general, la dispensación y la indicación farmacéutica “tienen un nivel muy bueno”, tanto por la formación de los farmacéuticos y su implicación así como por la percepción de los ciudadanos de esta labor asistencial, confirma.

No obstante, insiste en que “hay que seguir avanzando en actualización, registro y coordinación con los centros de salud de atención primaria, haciendo hincapié tanto en la comunicación como en el acceso a la información y la toma de decisiones“. Poniendo el foco en la importancia de la formación continua en este ámbito, el presidente de SOCFIC indica que “es la base, junto con la práctica diaria, que garantiza que el farmacéutico está actualizado y actúa de forma eficiente”. De este modo, señala que “este tipo de jornadas permite actualizarse tanto en conocimientos científicos, estrategias de intervención, además de permitir el intercambio de opiniones y experiencias entre los asistentes”.

Descongestión del sistema y barreras regulatorias

Como consecuencia directa de ello, se contribuye a la descongestión de los servicios de Atención Primaria (AP) y urgencias en los sistemas de salud. “Tiene un impacto total, como se ha visto durante la pandemia”, sostiene. “El hecho que los pacientes acudan a la farmacia y sean valorados de su problema de salud, y se puedan resolver, permite derivar sólo aquellos que podrían estar relacionados con una patología, contribuyendo a descongestionar consultas médicas y a gestionar y dedicar mejor los recursos en la AP”, garantiza.

Para Gómez existen barreras regulatorias que limitan el abordaje óptimo de síntomas menores desde la farmacia comunitaria. Motivo de ello, establece como prioridad que se implementen una serie de cambios al respecto. En concreto, menciona que se debe permitir el acceso a datos importantes de la historia clínica y farmacoterapéutica del paciente. Además, incide en que se debe establecer medios de comunicación entre profesionales más ágiles, dotar al farmacéutico de más libertad de decisión a la hora de la dispensación y facilitar que determinados medicamentos que están bajo prescripción médica pasen a indicación farmacéutica. “Esto debe ser consensuado con los médicos como ocurre en otros países”, corrobora.

Avanzar en la atención de síntomas menores

También afirma que se deberían seguir una serie de pasos para avanzar en la atención de síntomas menores en farmacia comunitaria. Así, establece que, aunque depende de cada país de tipo de farmacia, en general, “tener protocolos básicos de actuación, criterios de seguimiento y registro, vías de comunicación e información entre profesionales sanitarios, inclusión de determinados problemas de salud en la cartera de servicios de las administraciones y avanzar en la prescripción farmacéutica”.

“La farmacia debe ser un centro de salud donde la labor clínica sea el objetivo principal, con la presencia siempre del farmacéutico como responsable la optimización de la medicación del paciente”, hace hincapié el presidente de SOCFIC. “Por ello, es fundamental que el medicamento sea dispensado exclusivamente en la farmacia dado que es un bien de salud y no de consumo”, concluye.


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