Cada vez son más las personas concienciadas con el correcto depósito de los envases y restos de medicamentos caducados en los Puntos Sigre de las farmacias. Los últimos datos reflejan que el 84 por ciento de los hogares españoles incluye el reciclaje de los medicamentos en sus hábitos medioambientales. Este grado de sensibilización ha permitido que en 2022 se recogieran de media 104,4 gramos de envases vacíos o con restos de medicamentos caducados o no utilizados por cada ciudadano, un cinco por ciento más que el anterior. El reciclaje de medicamentos, tal como explican los expertos, es una medida que tiene múltiples ventajas y que es cada vez más necesaria.
¿Por qué es tan importante? Los medicamentos que no se reciclan causan un gran impacto medioambiental que puede perjudicar los ecosistemas naturales. Unos daños que además pueden acarrear un peligro sanitario directo para las personas, porque al reducir la acumulación de medicamentos en los hogares disminuyen los riesgos derivados de un uso inadecuado de los fármacos y también la aparición de bacterias multirresistentes a los antibióticos.
Tras revisar su botiquín o finalizar el tratamiento prescrito por el médico, “los ciudadanos deben asegurarse de retirar aquellos medicamentos que ya no necesiten, que hayan caducado o que estén en mal estado de conservación dentro del envase y con su caja y prospecto”, informan desde Sigre. Aunque no todo aquello que adquirimos en la farmacia ha de ser depositado en el Punto Sigre, como el caso de agujas, termómetros, material de cura, gasas, vendas, productos de nutrición, sondas, radiografías, glucómetros, pilas y productos o reactivos químicos. Tampoco el material de protección de la COVID-19.
“A lo largo de sus 22 años de funcionamiento, Sigre se ha configurado como el mayor proyecto colaborativo del sector farmacéutico en España”
¿Qué ocurre con los medicamentos caducados?
Es importante eliminar de forma adecuada los medicamentos que han caducado porque ya no se deben utilizar y todos los restos de los mismos son destruidos tal y como establece la normativa vigente debido al riesgo que supone su reutilización. El sector farmacéutico —compañías, distribuidores y farmacias— “cierran el ciclo de vida del medicamento y de su envase con todas las garantías medioambientales y sanitarias”. Desde la entidad explican que esto permite reciclar los diferentes materiales que componen su envase y el residuo del medicamento se aprovecha como fuente de energía aprovechando su poder calorífico, evitándose así el uso de combustibles fósiles que son los principales causantes del cambio climático y de la contaminación atmosférica.
¿Cómo es este proceso? Se trata de un modelo de logística inversa donde las empresas de distribución retiran los residuos aprovechando el mismo viaje con el que llevan a las farmacias los medicamentos nuevos. Gracias a ello se disminuyen las emisiones de CO2 a la atmósfera. A partir de ese momento, los residuos se trasladan a sus almacenes a la espera de que los gestores autorizados los recojan para su traslado a la Planta de Clasificación de Envases y Residuos de Medicamentos.
En las instalaciones de Sigre se lleva a cabo “la clasificación de los envases en función de sus materiales y de los restos de medicamentos según su tipología”. Por un lado, los materiales de los envases de los medicamentos (cartón, vidrio, plásticos, aluminio, etc.) se someten a diferentes tratamientos para poder ser reciclados posteriormente. “Casi el 70% de estos envases son reciclados“. Por otro, de los medicamentos caducados se aprovecha su poder calorífico —también de aquellos envases que no pueden ser reciclados— para emplearlos en procesos de valorización energética, evitando así el consumo de combustibles fósiles.
Cuantificar los beneficios para el medioambiente
“A lo largo de sus veintidós años de funcionamiento, Sigre se ha configurado como el mayor proyecto colaborativo del sector farmacéutico en España”, incide la entidad. Gracias a ello y a la colaboración necesaria de los ciudadanos y autoridades sanitarias se ha evitado la tala de más de 197.000 árboles; el ahorro de 371 millones de litros de agua; reducido en 402 millones de kWh el consumo energético y se han ahorrado 64,2 millones de litros de petróleo. Además, la correcta gestión ambiental de los materiales de los envases depositados en el Punto Sigre ha evitado 54.440 toneladas de emisiones de CO2 a la atmósfera. A estas aportaciones medioambientales hay que añadir que gracias al sistema de logística inversa se evitan 1.400 toneladas de emisiones de CO2 anuales.
Sigre coordina los Planes Empresariales de Prevención (PEP) de envases del sector. desde el año 2000, los laboratorios han aplicado cerca de 3.200 iniciativas de ecodiseño
“Con la puesta en marcha de Sigre las compañías farmacéuticas en España fueron pioneras hace ya 22 años en apostar decididamente por el cuidado del medio ambiente y la economía circular”, expresan desde la compañía. Porque, además de garantizar la correcta gestión de los residuos generados, los laboratorios farmacéuticos también han confiado a Sigre el impulso y coordinación de los Planes Empresariales de Prevención (PEP) de envases del sector farmacéutico. Esto significa que, desde el año 2000, los laboratorios han aplicado cerca de 3.200 iniciativas de ecodiseño, “unas medidas que perduran en el tiempo al incorporarse a nuevos formatos que se comercializarán a lo largo de las próximas décadas, multiplicándose así los ahorros en las materias primas y energía necesarias para su producción, transporte y posterior gestión medioambiental de sus residuos”.
Hacer los envases farmacéuticos sean más sostenibles ha permitido reducir su peso medio en un 25 por ciento, con el consiguiente ahorro que esto implica en emisiones, energía y materias primas para su producción, transporte y almacenamiento. De hecho, en 2022 las compañías farmacéuticas adoptaron 165 medidas de ecodiseño que han permitido que otros 94,8 millones de envases de medicamentos comercializados en España fuesen más sostenibles. Son ya uno de cada tres los envases puestos en el mercado que incorporan mejoras medioambientales.
Retos para el futuro
Además de luchar contra la triple amenaza planetaria —cambio climático, pérdida de biodiversidad y contaminación—, Humberto Arnés, presidente de Sigre, explicó a EG en una reciente entrevista que el mayor desafío es el tsunami regulatorio para avanzar hacia la transición ecológica y un modelo circular de actividad.
Así, la nueva Ley de residuos y el Real Decreto de envases aprobado a finales del año pasado son normas ambiciosas con nuevas obligaciones que afectan de forma directa a las compañías farmacéuticas. En relación con los medicamentos, esta Ley establece que la recogida de los residuos de medicamentos y los envases que se generan en los hogares debe hacerse a través de las oficinas de farmacia y de los distribuidores farmacéuticos para garantizar la protección de la salud pública.
El Real Decreto establece nuevas medidas, entre las que destaca la extensión de la Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP) a los envases industriales y comerciales. Esto se traduce en la “ampliación de nuestro ámbito de actuación”, hasta ahora circunscrito a los residuos de origen domésticos, para incluir también la gestión de los envases comerciales e industriales de la industria farmacéutica.
“Se trata de un reto mayúsculo”, concluyen, ya que supondrá la necesidad de garantizar en 2025 la recogida y gestión de los residuos de envases farmacéuticos generados en todos los centros sanitarios del país (hospitales, clínicas especializadas, ambulatorios, etc.) y en las instalaciones de los agentes que participan en el proceso logístico de distribución de los medicamentos (distribuidores farmacéuticos, oficinas de farmacia, etc.).