Alberto Cornejo Madrid | viernes, 24 de mayo de 2019 h |

Hace apenas unas semanas, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid anunciaba que, “de forma pionera en España” en lo que respecta a este tipo de corporaciones farmacéuticas, está trabajando en un modelo de recertificación profesional (voluntario) para farmacéuticos ejercientes en oficina de farmacia que espera tener listo a lo largo de este 2019.

El objetivo de esta iniciativa es ofrecer la posibilidad a los farmacéuticos madrileños de “comprobar si los conocimientos, habilidades y actitudes se adecuan a los cambios en el entorno sanitario”. ¿Es el COF de Madrid un adelantado a ‘su’ tiempo? Cuando menos, sí lo es respecto a los tiempos del Ministerio de Sanidad. Y es que hace ya años que se habla del desarrollo de un decreto que regule estas reevaluaciones periódicas en el ámbito sanitario pero del que no hay noticias.

Aunque la recertificación también cuenta con sus detractores —por considerarla innecesaria y sembrar dudas sobre las credenciales que otorga la posesión del título—, la sensación general es que a falta de una norma nacional, buenas son las iniciativas que motu proprio emanan desde dentro del sector. Ahora bien, sin que las mismas puedan quitarse la coletilla de la voluntariedad o su alcance limitado. Otras profesiones sanitarias, como los médicos, ya cuentan con estas revaluaciones periódicas.

Una de las entidades partidarias de la recertificación es la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac), como así lo reflejó en su documento de base “15 retos de presente y futuro para la farmacia comunitaria” difundido en 2016. “Esperamos que el nuevo Gobierno, tras unas últimas legislaturas inestables, pueda regular por ley esta cuestión y deje atrás su actual carácter voluntario y sea obligatoria para las funciones básicas del ejercicio”, apunta a EG Eduardo Satué, presidente de su delegación en Aragón y experto en la materia.

Respecto a un hipotético modelo homogéneo a seguir, Satué cree que deben participar de él las distintas entidades profesionales, incluso usando como referencia el mapa competencial que se sigue en el ámbito médico. Una colaboración entre Organización Farmacéutica Colegial y sociedades científicas en el que incide el convenio de colaboración firmado hace ahora un año entre CGCOF y la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria para desarrollar un procedimiento de recertificación —también voluntario— en este ámbito asistencial.

Siguiendo con la propuesta de Sefac, los colegios serían los encargados de verificar cuestiones como la capacidad física y psicológica del profesional para desempeñar su trabajo, amén de la certificación de méritos y carrera profesional. Por su parte, las sociedades científicas asumirían el control y evaluación de las aptitudes del farmacéutico. “Esta colaboración sería buena y garante para el paciente”, apostilla Satué.

Si hay variedad de criterios tanto en el cómo y el por qué hacerlo, no iba a ser menos respecto al cuándo acometer estas revaluaciones. En este sentido, el representante de Sefac apuesta por periodos cortos. Por ejemplo, “cada 5 o 10 años”, plantea.

Mientras, en el ámbito empresarial no puede hablarse de un posicionamiento fijo y sí de sentimientos encontrados, según ha podido sondear EG. Aunque se puede ver óptima la recertificación para ciertas actuaciones, también se defiende la credencial que ya debe suponer por sí el mismo el título académico.