El consejero de Sanidad de Navarra, Fernando Domínguez, ha dado inicio este lunes 19 de junio a la centralización de la prestación a residencias a través de un único servicio de Farmacia Hospitalaria (en detrimento de las boticas) con la inauguración de la nueva unidad logística que asumirá íntegramente esta función. Esta unidad —ubicada en un local independiente a un complejo hospitalario— dispone de 245 metros cuadrados, distribuidos en una zona de almacenaje, zona administrativa, zona de reenvasado, zona de preparación de la medicación y otras dependencias.
Respecto al personal, será atendido inicialmente por una farmacéutica, una auxiliar de clínica y personal de administración dependientes de la subdirección de Farmacia del Servicio Navarro de Salud. Este equipo se encargará de realizar la adquisición directa de medicamentos a los laboratorios de farmacia, además de almacenar, manipular y distribuirlos en unidosis a los pacientes. Su puesta en marcha ha supuesto una inversión de 130.000 euros, mientras que las estimaciones de ahorro —gracias al aprovisionamiento centralizado de los medicamentos y suministro a todas las residencias públicas, en detrimento de la farmacia— es situado en torno 132.000 euros, cuando se esté suministrando los fármacos a las nueve residencias públicas a las que se pretende dar servicio (independientemente de su número de plazas).

Tal como informó EG, el propio consejero de Sanidad navarro ya avisó en una intervención parlamentaria el pasado mes de febrero respecto a estas intenciones gubernamentales de modificar el modelo de prestación farmacéutica a centros sociosanitarios, apostando por un “único servicio de farmacia central” y, por ende, sacando por ende este servicio a las farmacias regionales, hasta ahora prestadoras de él. Este modelo es semejante al que desea implantar Comunidad Valenciana (Resi-EQIfar) a partir de 2018 y que supone ir un paso más allá de lo estipulado en el RDL 16/2012. Ahora bien, de momento el modelo navarro sólo implicaría a las de titularidad gubernamental y/o pública, y no también a las privadas como así prevé el caso valenciano.
El citado decreto establece la obligación de que aquellas residencias públicas de más de cien plazas estén suministradas por un servicio de FH de un hospital regional o cuenten con un farmacéutico de hospital integrado en el centro —como así ya cumplía Navarra—. Sin embargo, regiones como Andalucía, Navarra, y Comunidad Valenciana —en proceso— han ido un paso más allá al eliminar el factor numérico (plazas) y sacar de esta prestación a las farmacias. Igualmente que el consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, Jesús Fernández, también anunció hace apenas unas semanas en una entrevista con EG que el futuro plan de atención a residencias regional también confiará esta función a la farmacia hospitalaria. “Nosotros estamos en el modelo de farmacia hospitalaria porque creemos que tiene mucho más sentido por la gestión de las compras. Hemos iniciado pruebas piloto con algunas residencias y vamos a seguir insistiendo en la apuesta de la farmacia hospitalaria”, expuso en concreto.
En el caso de Navarra, estos planes ya se recogían en el Programa de Atención Farmacéutica en centros sociosanitarios presentado por el Gobierno regional en 2015. Hasta ahora, todas las residencias públicas navarras, excepto el centro Oncineda de Estella, que tiene Servicio de Farmacia, y la residencia El Vergel, al que le suministra los medicamentos el Servicio de Farmacia del Centro Psicogeriátrico San Francisco Javier, adquirían los medicamentos y productos sanitarios mediante receta en las oficinas de farmacia, “con un coste anual de 441.000 euros”, dice la Consejería. Con la puesta en marcha de esta unidad de prestación centralizada, “al adquirirse directamente los medicamentos en los laboratorios y obtenerse precios muy inferiores, se estima un ahorro anual de 132.000 euros”, apuntan. Es decir, una reducción del 30 por ciento de los costes. Amén de lo económico, a juicio de la Administración, su puesta en marcha conlleva “importantes ventajas tanto desde un punto de vista asistencial, al mejorarse la calidad de la prescripción y de la atención a los y las residentes”.